<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Los ministros de los 42 países de la Unión por el Mediterráneo (UpM) se comprometieron ayer a intensificar sus esfuerzos para lograr una economía azul sostenible en el Mediterráneo que contribuya a promover la recuperación de las economías de la región tras la crisis del COVID-19 y a hacer frente a los retos medioambientales y climáticos.</strong></h4> Seis años después de la primera Declaración Ministerial sobre la Economía Azul, los ministros adoptaron ayer una <a href="https://ufmsecretariat.org/wp-content/uploads/2021/02/Declaration-UfM-Blue-Economy-EN.pdf?ct=t(MA_Trade_COPY_01)" target="_blank" rel="noopener noreferrer"><strong>nueva Declaración</strong></a> –elaborada tras una amplia consulta en la que participaron más de un centenar de expertos y representantes de organizaciones internacionales- en la que se comprometen a cooperar estrechamente y a abordar los retos conjuntos en sectores clave de la economía azul. Para ello, los participantes en la <strong>Conferencia Ministerial</strong> –que se llevó a cabo de forma virtual, bajo la copresidencia de la Unión Europea y Jordania y en presencia de Nasser Kamel, secretario general de la UpM- se comprometieron a promover políticas y herramientas transformadoras, como el desarrollo de las agrupaciones marítimas o la ordenación del espacio marítimo, y a apoyar el cambio general hacia las tecnologías de bajas emisiones y la economía azul circular. Asimismo, se pondrán en marcha nuevas actividades y proyectos conjuntos sobre una amplia variedad de cuestiones, como las "competencias azules", los desechos marinos, las energías renovables marinas y el turismo sostenible. “Con esta declaración firmada por sus 42 países, incluida España, la UpM señala el camino de transición necesario hacia una economía azul circular, inclusiva y sostenible en el Mediterráneo”, declaró <strong>la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera</strong>, al término de la reunión. Según la UpM, en estos momentos “hay mucho en juego” en la región mediterránea, que es “el primer destino turístico del mundo” y en la que la crisis del COVID-19 ha afectado muy gravemente al turismo, que “representa el primer sector de la economía azul en la creación de ingresos y empleo en la cuenca marítima y es un motor para el crecimiento empresarial entre los jóvenes y para las pequeñas y medianas empresas”. Aparte, el área mediterránea también está muy expuesta al cambio climático, ya que se está calentando un 20% más rápido que la media mundial, “con impactos visibles en el medio marino”.