<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <strong>El Ministerio de Asuntos Exteriores</strong> espera poder comenzar el traslado de sus funcionarios a la <strong>sede de la Plaza del Marqués de Salamanca en torno al mes de noviembre</strong>. Esa es la idea que se transmitió a los embajadores durante la Conferencia en la que participaron a mediados de enero. Al parecer,<strong> Tragsa</strong>, la empresa que se ha encargado de rehabilitar la antigua sede del Ministerio, abandonada en 2004, <strong>prevé terminar en el mes de mayo, unas obras</strong> que, por unos motivos u otros se han ido retrasando más de lo esperado. El retorno a la Plaza del Marqués de Salamanca es deseado por la mayoría de los diplomáticos y otros funcionarios del Ministerio, que consideran que se trata de <strong>un lugar mucho más representativo</strong> que la sede que ocupan actualmente en Torres Ágora, al norte de la M-30. Las obras de rehabilitación del edificio comenzaron en 2016 y, <strong>según publicó recientemente <em>Cinco Días</em>, han costado unos 84 millones de euros</strong>. Entre los últimos gastos 7,2 millones, recogidos en los Presupuestos de 2021, para habilitar el Centro de Procesamiento de Datos y la instalación de medios audiovisuales –voz y datos– en la nueva sede. El edificio, que durante varias décadas fue la sede del antiguo Instituto Nacional de Industria, se encuentra ubicado en el número 8 de la plaza del Marqués de Salamanca en una parcela de 11.166 m2 de superficie. En 2004, tras ser detectada la presencia de naftaleno en algunas plantas, la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacios, decidió su traslado a Torres Ágora, donde se encuentra actualmente el grueso del Ministerio. Como consecuencia de ese traslado, el Gobierno ha tenido que pagar en alquileres ocho millones de euros anuales.