Eduardo González
El secretario de Estado de la España Global, Manuel Muñiz, considera que el trabajo de los think tanks es “absolutamente vital” para el ejercicio del gobierno y para la acción exterior en un mundo como el actual, marcado por “la velocidad, la interdependencia, la complejidad y la erosión de la arquitectura de la gobernanza global”.
“Los think tanks son espacios para pensar hacia adelante y la capacidad del Ministerio de Asuntos Exteriores se ve enormemente potenciada cuando trabajamos con ellos”, declaró Muñiz este pasado viernes durante su participación en el debate online titulado Los think tanks, la pandemia y la recuperación de Europa, organizado por Fundación Alternativas, Real Instituto Elcano y CIDOB.
Según el secretario de Estado, los centros de pensamientos juegan un papel “fundamental” en un mundo caracterizado por “cuatro fuerzas determinantes en el ámbito internacional”. La primera de esas fuerzas, explicó, es “la velocidad”. “En los últimos dos años se han producido más datos que en los 20.000 anteriores”, afirmó. “Esta aceleración en la transformación nos plantea enormes oportunidades, pero también amenazas, y nos obliga a tener capacidad prospectiva para planificar las políticas públicas de adaptación, lo cual será mucho mejor si tenemos el input del proceso de pensamiento de los think tanks”, añadió.
La segunda fuerza, prosiguió, es “la interdependencia a nivel económico, político, cultural y de comunicación, que hace que lo local se convierta en global”, uno de cuyos ejemplos es “el ascenso del populismo y su impacto en las dinámicas políticas globales”. En estas circunstancias, afirmó, “en la Administración pública y los Ministerios de Asuntos Exteriores necesitamos gente con un conocimiento muy profundo de la realidad local, como son los estudios y los análisis de los think tanks”, y los centros de pensamiento aportan una visión “transversal” para problemas que “representan un enorme reto para los Ministerios de Asuntos Exteriores”, como “el cambio climático, la salud o la tecnología”.
Por otra parte, la “complejidad” del mundo actual (la “tercera fuerza determinante”) y “el abordaje de los problemas” requieren “un enfoque multidisciplinar, y ésta es otra de las fortalezas de los think tanks, ya que cuentan con una gran capacidad para construir equipos para proponer soluciones innovadoras”.
En todo caso, según Manuel Muñiz, “el telón de fondo de nuestro tiempo” es la “cuarta fuerza determinante” del mundo actual: “la incertidumbre y la erosión de la arquitectura de la gobernanza global”, que se está traduciendo en “una regresión en derechos y libertades” y en la evolución hacia “un mundo más cerrado, más nacionalista y menos multilateralista”. “Para abordar este problema necesitamos soluciones diversas y específicas, y los think tanks son absolutamente vitales como fuente de ideas e innovación ante estos enormes retos”, manifestó.
Es “absolutamente vital” que haya una “conexión entre el mundo de los centros de pensamiento y el sistema público”, ya que sus “fortalezas son determinantes para darle forma a nuestra acción exterior”, concluyó Muñiz. El coloquio contó también con las intervenciones de Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas; Charles Powell, director del Real Instituto Elcano; Antoni Segura, presidente del CIDOB; Federico Steinberg, investigador principal del Real Instituto Elcano; Carme Colomina, investigadora principal del CIDOB; Inmaculada Ballesteros, directora de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas; Vicente Palacio, director de Política Exterior de la Fundación Alternativas; María Solanas, directora de Programas del Real Instituto Encano; y Pol Morillas, director del CIDOB. La moderación corrió a cargo de Marta García Aller, periodista y escritora.