<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró ayer que las nuevas restricciones a la movilidad fronteriza entre Portugal y España han sido “pactadas de común acuerdo” por los dos países y se han basado en las normas de Schengen que permiten medidas de este tipo “por fuerza mayor”.</strong></h4> El <strong>ministro del Interior portugués, Eduardo Cabrita</strong>, anunció ayer que el Gobierno había decidido limitar los desplazamientos con el exterior “por vía aérea, terrestre o fluvial”, incluido el paso por la frontera con España, a partir de este viernes y por un periodo inicial de dos semanas a fin de contener la expansión de la pandemia. La medida, que ha contado con el apoyo de la oposición en la Asamblea de la República, se produjo un día después de que el primer ministro, António Costa, alertara de un aumento “exponencial” de los contagios del COVID-19 y de un “número dramático” de fallecimientos. “Portugal ha estado en contacto todo el día con las autoridades españolas para reintroducir restricciones temporales a la movilidad en las fronteras por razones de gestión del COVID-19”, declaró <strong>González Laya </strong>durante una rueda de prensa conjunta con su homóloga de Guinea-Bissau, Suzi Carla Barbosa, en el Palacio de Viana. <strong>“No es un cierre de fronteras, es una restricción temporal de la movilidad de la frontera pactada de común acuerdo” </strong>y que incluye, “como siempre, mecanismos para permitir el paso por la frontera de personas autorizadas o excepcionadas”, prosiguió. <strong>“Las medidas propuestas por Portugal han sido delineadas de manera conjunta por España y Portugal,</strong> <strong>siempre dentro del respeto a las reglas de Schengen que permiten restricciones temporales en caso de fuerza mayor, y éste es un caso de fuerza mayor”</strong>, aseguró González Laya. “Los detalles se están elaborando en estos momentos”, pero, en cualquier caso, “afectarán a todos”, <strong>tanto a los portugueses que se encuentren en España como a los españoles que se encuentren en Portugal</strong>, precisó. Esta decisión “no es fácil para los ciudadanos de Portugal y España que viven en las zonas transfronterizas”, pero <strong>“estos ciudadanos sabrán entender que estas restricciones a la movilidad tienen la misión de ayudar a Portugal y España a controlar el aumento de contagios del COVID”</strong>, concluyó. La <strong>frontera hispano-lusa permaneció cerrada durante la primera ola de la pandemia</strong>, en el marco del cierre generalizado de la movilidad entre todos los Estados miembros del Espacio Schengen, acordado por los Gobiernos de la UE a mediados de marzo. La reapertura se produjo el 1 de julio en un acto solemne al que asistieron el Rey Felipe VI y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, junto a sus respectivos jefes de Gobierno, Pedro Sánchez y António Costa. Aquel fue el último paso para la plena restauración de la movilidad de nuestro país en todo el espacio Schengen, en pleno periodo de desescalada de la primera ola.