<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, expresó ayer el “pleno apoyo” del Gobierno español a las gestiones de la Comisión Europea con las empresas farmacéuticas tras la protesta oficial de Bruselas por los retrasos en la vacuna de AstraZeneca, y afirmó, al respecto, que “lo que pide España es que las compañías cumplan los contratos que han firmado con las instituciones comunitarias”.</strong></h4> “Hay que confiar en la Comisión Europea y en su gestión de las vacunas” porque “cuando se negocia en nombre de más de 600 millones de consumidores, el poder de negociación es un poquito más grande que si se negocia única y exclusivamente para un país”, declaró la ministra en la <strong>rueda de prensa posterior al Consejo de Asuntos Exteriores de la UE</strong>, celebrado ayer en Bruselas.<strong> La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen</strong>, telefoneó ayer al consejero delegado de <strong>AstraZeneca</strong>, Paschar Soriot, para expresarle la indignación de Bruselas por los retrasos anunciados en la distribución de 300 millones de dosis, a pesar de que la vacuna de esta empresa todavía no ha sido aprobada oficialmente por la Agencia Europea del Medicamento. Aunque la Comisión no ha anunciado todavía posibles acciones legales, uno de los Estados miembros, Italia, sí va a denunciar a la compañía. “Confiamos plenamente en la capacidad de las instituciones comunitarias no solo para negociar los contratos con las compañías farmacéuticas sino para garantizar su cumplimiento”, prosiguió la ministra. <strong>“Apoyaremos a la Comisión Europea en lo que considere que es útil para garantizar el cumplimiento de los contratos con Pzifer, que ha interrumpido brevemente sus suministros a Europa para aumentar su producción; con Moderna, que tiene que escalar significativamente su producción para hacer frente a las compras que le ha hecho la UE; y con Astra Zeneca, aunque no nos olvidemos de que primero hay que conseguir la autorización para la comercialización de Astra Zeneca en Europa”</strong>, añadió. Lo “más útil” en estos momentos, advirtió, es <strong>“dejar que la Comisión Europea, con sosiego y calma, pueda hacer estas negociaciones, en las que, en todo caso, tendrá el apoyo pleno de España”</strong>. Asimismo, y en lo que respecta a las actuaciones del Gobierno español, <strong>“lo que España pide a las empresas farmacéuticas es muy sencillo: que cumplan con los contratos que han firmado con las instituciones comunitarias”</strong> y que “cumplan con el calendario de entregas al que se habían comprometido”, a fin de que los Estados miembros de la UE puedan “proceder al calendario de vacunación que nos permita avanza hacia la inmunidad de rebaño en el verano”. <strong>Zonas en rojo oscuro: "España y prácticamente toda la UE"</strong> Por otra parte, la <strong>Comisión Europea</strong> recomendó ayer a los Estados miembros que endurezcan las restricciones al movimiento en las zonas que superen el umbral de 500 contagios por 100.000 (marcadas con color rojo oscuro en el mapa aprobado la semana pasada por el Consejo Europeo) y que eviten los viajes desde o hacia zonas de alto riesgo. “La semana pasada, se decidió colorear el mapa de Europa de forma más intensa en las zonas que tengan una incidencia del COVID superior”, recordó la ministra de Asuntos Exteriores en la rueda de prensa de ayer. <strong>“Este es el caso de España, pero también es el caso de prácticamente todos los Estados miembros de la UE; basta con mirar el mapa”</strong>, añadió. El objetivo de la creación de este mapa, aseguró, es evitar la vuelta a un cierre de las fronteras similar al de la primera ola del COVID-19 y “empoderar a las regiones que tienen una mayor incidencia para tomar medidas adicionales de limitación de la movilidad”. <strong>“La Comisión no le ha dicho a cada región qué tiene que hacer ni tampoco ha prescrito exactamente cuáles son las medidas que debe tomar cada región que está en este rojo intenso, lo que sí les ha dicho es que lo importante en esas regiones es limitar la movilidad, sobre todo cuando no sea esencial”</strong>, agregó. En este sentido, recordó, “en España ya se han tomado y se toman medidas muy específicas para que las zonas más afectadas por el COVID adopten confinamientos perimetrales que, para empezar, ya limitan la movilidad entre regiones, comunidades autónomas o ciudades”. <strong>“De alguna manera, la co-gobernanza española ya se había anticipado, a través de estos cierres perimetrales, a lo que luego se convirtió en una recomendación comunitaria”</strong>, concluyó.