<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El Consejo de Ministros acordará previsiblemente, mañana, martes, enviar a las Cortes la nueva Estrategia de Acción Exteriores para los próximos cuatro años, según supo The Diplomat de fuentes solventes.</strong></h4> El documento <strong>sustituirá a la Estrategia de Acción Exterior aprobada en 2015</strong> y que debía haber sido renovada en 2019. La celebración de procesos electorales a lo largo de ese año y, posteriormente la situación creada por la pandemia de COVID-19 han retrasado la elaboración de un texto que se quiere sirva de marco para la acción exterior de España en el periodo 2021-2024. En principio, salvo cambios de última hora, el Consejo de Ministros acordará mañana la remisión del texto al Parlamento, en cumplimiento de lo que establece la Ley del Servicio y Acción Exterior para que <strong>sea debatida por diputados y senadores</strong>, aunque no se someta a votación. La intención, al parecer es que, a <strong>mediados de febrero, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, explique el documento ante los grupos parlamentarios</strong> en las Comisiones correspondientes del Congreso de los Diputados y del Senado y que, después, el texto vuelva al Consejo de Ministros para que este dé su aprobación definitiva de la Estrategia de Acción exterior. La intención es contar con el documento para primeros del mes de marzo. El documento ha venido siendo preparado desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, bajo la coordinación de la Secretaría de Estado de España Global, cuyo titular es Manuel Muñiz; y más concretamente desde la Dirección General de Estrategia, Prospectiva y Coherencia, que ocupa Federico de Torres Muro. Las fuentes consultadas indicaron que en la preparación de la nueva Estrategia se ha contado con la <strong>participación del resto de Ministerios, órganos constitucionales, comunidades autónomas, empresas, sindicatos, organizaciones no gubernamentales y think tanks</strong>. La nueva Estrategia de Acción Exterior reflejara las c<strong>onsecuencias que en todo el mundo está teniendo la pandemia y en especial su incidencia en una cierta pérdida de confianza en las instituciones</strong>, así como las fracturas tecnológicas, socioeconómicas y ecológicas que se advierten a nivel mundial. El documento hace, según las mismas fuentes, una clara apuesta <strong>en favor de más Europa</strong>, teniendo en cuenta también la situación tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Aboga también por una mayor implicación de la UE en la acción exterior, y tiene en cuenta las relaciones con países tan activos en estos momentos como Rusia o Turquía. Además, pasa revista, manteniendo un hilo argumental, a los intereses de España en distintas áreas geográficas, como Iberoamérica, el Mediterráneo, el Magreb, Oriente Próximo, África Subsahariana y Asia. Entre las últimas inclusiones hechas en el texto se encuentran las relativas al cambio de Administración en Estados Unidos, tras<strong> la salida de Donald Trump y la llegada de Joe Biden</strong> a la Casa Blanca. En ese escenario, España ve positivo el nuevo escenario confía en estrechar las relaciones con Washington y en que se refuerce el vínculo trasatlántico. España, que se considera una <strong>potencia media con proyección global</strong>, defiende en su nueva Estrategia de Acción Exterior el multilateralismo, el bilateralismo estratégico y la solidaridad mediante los instrumentos de cooperación. Asimismo, aboga por una política activas en materia de Derechos Humanos y por la “diplomacia climática” El documento incorpora también el papel que se considera pueden tener en la proyección exterior de España los actores sociales (empresas, ONG, think tanks, etc) así como distintos organismos institucionales.