Antonio Alonso Marcos
Profesor de la Universidad San Pablo CEU
A finales de año, el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, pronunció un discurso en el que ofreció su propia visión de lo que había sido 2020. En su alocución ante el Parlamento (Oliy Majlis) también presentó las líneas generales del plan de desarrollo del país para 2021.
Elecciones presidenciales en diciembre.
Uno de los anuncios más significativos fue el de la convocatoria de elecciones presidenciales para diciembre de este año 2021. No era una novedad en sí, pues es el término natural del mandato presidencial según la Constitución (5 años); la importancia del anuncio radica más bien en que es un recordatorio de que incluso el Presidente del país está sujeto a las leyes, que Uzbekistán es un país donde rige el imperio de la Ley. De hecho, recientemente ha anunciado que va a incrementar las medidas de transparencia (que otros países llevan aplicando desde hace relativamente poco tiempo) y va a hacer obligatorio que los cargos públicos presenten una declaración de bienes al inicio de su mandato, incluido el propio presidente.
Para Mirziyoyev, la principal tarea de los dirigentes de la república es garantizar la estabilidad económica y política en un momento de crisis mundial, apoyar a los sectores necesitados de la población y hacer realidad los ambiciosos objetivos y aspiraciones de la juventud.
Es tradicional en este país centroasiático dedicar cada año a una tarea concreta, para centrar todos los esfuerzos en un punto, alentando así a la población a esforzarse por prestar atención a esa cuestión. En esta ocasión, el año 2021 estará dedicado al Apoyo a la Juventud y el Fortalecimiento de la Salud de la Población. No hay que perder de vista la apuesta estratégica personal de Mirziyoyev, el plan que presentó al poco tiempo de asumir el poder en 2016, la Estrategia de Desarrollo de Uzbekistán en Cinco Áreas (2017-2021), que cuenta entre sus direcciones la mejora del sistema de construcción estatal y social; el Estado de derecho, reforma del sistema judicial y legal; el desarrollo y liberalización de la economía; el desarrollo de la esfera social; y la seguridad, tolerancia religiosa y armonía interétnica, política exterior.
El año 2021 será un período de amplias reformas, cuya aplicación se llevará a cabo bajo el lema «El nuevo Uzbekistán comienza desde el colegio, desde el sistema de educación y enseñanza», área sobre la que Mirziyoyev se ha pronunciado en reiteradas ocasiones, específicamente al hablar de la necesidad de reformar el sistema educativo, creando su variedad y su continuidad. Durante el discurso anunció una serie de incentivos económicos para los maestros, especialmente para aquellos que están en zonas de más difícil acceso. El futuro de Uzbekistán, su desarrollo, éxito y prosperidad están inextricablemente ligados a la generación joven, que deben cuidar su salud física y espiritual: la promoción de un estilo de vida saludable es, por tanto, una prioridad, como lo es la mejora de la atención primaria, la capacitación y el perfeccionamiento del personal médico y el suministro de medicamentos de calidad.
El riquísimo patrimonio cultural de Uzbekistán también estuvo presente en su discurso. Sus monumentos y conjuntos históricos y arquitectónicos son apreciados por todo el mundo, pero aún son poco conocidos. La terrible pandemia ha frenado el buen ritmo de visitas extranjeras que cada año se iban incrementado. Ahora toca cuidar los monumentos, preservarlos y transmitirlos a las generaciones futuras, por lo que urge adoptar medidas para proteger el patrimonio cultural del país; entre otras cosas, el Gobierno va a elaborar un programa especial para registrar, preservar y proteger los sitios del patrimonio cultural.
El año 2021 es 30º aniversario de la independencia de Uzbekistán. Durante este período, el país ha ocupado un lugar digno y ha fortalecido su autoridad en el escenario mundial. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, como señaló el presidente Shavkat Mirziyoyev en su discurso. Por consiguiente, es necesario revisar el concepto de política exterior de Uzbekistán, consolidar las relaciones de amistad, buena vecindad y asociación con los Estados de Asia Central, y desarrollar relaciones de todo tipo con muchos países. También es importante continuar la cooperación con las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, teniendo en cuenta los intereses políticos de nuestro país. En ese marco, anunció que “el próximo año, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, organizaremos un foro internacional sobre educación en derechos humanos, una Conferencia Mundial de la Juventud sobre los Derechos de la Juventud y una conferencia regional sobre libertad religiosa”. Todo ello si el coronavirus lo permite, claro. Además, como afirmó Mirziyoyev, “Según los pronósticos de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y eminentes expertos, la pandemia podría exacerbar fenómenos de crisis, tensión social, pobreza y otros problemas en todo el mundo”. Todos estos factores deben ser tenidos en cuenta.
Un futuro lleno de esperanzas.
En el futuro, a Uzbekistán le esperan cambios y amplias reformas, todas ellas necesarias para el desarrollo integral del país y la sociedad, y el futuro seguro de la juventud uzbeka.
A pesar de las dificultades que ha traído la Covid-19, se puede decir que los avances democráticos no se han detenido en el país, sino que se ha mantenido esa tendencia. Sin lugar a dudas, la economía ha sufrido un duro revés, no sólo en el campo del turismo, pero se puede decir que Uzbekistán no ha carecido de liderazgo político que ha buscado soluciones reales y eficaces para las necesidades inesperadas de este año.
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