<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró ayer que el Gobierno considera “perfectamente posible” que Madrid y Londres alcancen un principio de acuerdo sobre la futura relación con Gibraltar antes del 31 de diciembre y advirtió de que, en caso contrario, el Peñón se convertiría, sin “ninguna posibilidad de un Plan B”, en “el único lugar con un <em>Brexit</em> duro” de todo el Reino Unido.</strong></h4> Así lo explicó la ministra durante una rueda de prensa presencial y virtual en el Palacio de Viana de Madrid para analizar el reciente <strong>acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea sobre la futura relación tras el <em>Brexit</em></strong>, un acuerdo sin el cual, según indicó González Laya con datos del Banco de España, la economía española hubiera experimentado una caída de un 0,7% del PIB en 2022 y hubiera sufrido pérdidas de 800 millones de euros anuales en el sector automotriz, de 900 millones en el sector agro-alimentario o de 300 millones en el sector químico, además de la pérdida de 11.000 puestos de trabajo en el sector pesquero. Aparte, prosiguió la ministra, el acuerdo permitirá mantener el actual nivel de exportaciones españolas de <strong>productos agroalimentarios</strong> a Reino Unido (quinto socio comercial en este sector, con 4.000 millones de euros anuales) y establece unas concesiones en materia de <strong>cuotas pesqueras</strong> “bastante asumibles para España” y que cubren “prácticamente la totalidad de las necesidades de la actual flota española”, al tiempo que garantiza para los próximos cinco años y medio el acceso de los barcos españoles a las aguas británicas, acceso que se deberá renegociar cada año a partir de julio de 2026. Según González Laya, el acuerdo –que, por voluntad de Reino Unido, “no incluye disposiciones sobre política exterior y de seguridad y defensa”- también beneficia a España en materia de <strong>transportes</strong>, un aspecto “importante para España porque supone facilitar el turismo en España y garantiza la conectividad aérea, terrestre y marítima”, y en lo que respecta a los sistemas de <strong>seguridad social, jubilaciones y viudedades</strong>, otro punto “particularmente importante” para “los casi 500.000 británicos que residen en España y los 260.000 españoles que residen en Reino Unido”. En cambio, la ministra calificó de “sorprendente” el rechazo británico al programa <strong>Erasmus</strong>, que impedirá “que nuestros estudiantes puedan compartir sus años más jóvenes y de aprendizaje, lo cual es una lástima”. <strong>Gibraltar</strong> En lo que respecta a <strong>Gibraltar</strong>, González Laya destacó que <strong>el acuerdo entre Reino Unido y la UE excluye “expresamente” al Peñón </strong>y “también <strong>excluye a los ciudadanos gibraltareños de los beneficios atribuibles por el acuerdo a las personas físicas</strong>”, lo cual se une a <strong>“la declaración unilateral de la Comisión por la que sólo se actuará en lo relativo a Gibraltar con el consentimiento de España”.</strong> Desde este punto de partida, explicó, las relaciones futuras entre Madrid y Londres en lo relativo a Gibraltar dependerán de los “acuerdos por separado que están negociando España y Reino Unido y que aún no han concluido”. <strong>“Desde el punto de vista de España, es perfectamente posible llegar a un principio de acuerdo de aquí al 31 de diciembre”</strong>, pero para ello sólo “falta voluntad política”, advirtió. <strong>“No basta con que España lo desee, debe haber una contraparte que lo desee y esa contraparte es Reino Unido”</strong>, añadió. Según González Laya, lo que España desea es “un acuerdo con Reino Unido relativo a Gibraltar que facilite la movilidad y que favorezca la prosperidad compartida en la zona” e incluso “la posibilidad de levantar la verja”. “Lo que quiere España también refleja los intereses de los ciudadanos gibraltareños” porque <strong>“una de las razones fundamentales por las que los gibraltareños votaron masivamente a favor de seguir en la UE en el referéndum sobre este tema era evitar un <em>Brexit</em> duro en la frontera”</strong>, manifestó. “España perseguirá un acuerdo hasta el último segundo de 2020” porque <strong>“si no hay acuerdo, Gibraltar se convertiría en frontera exterior no sólo de España, sino de la UE, con todo lo que eso supone: más controles, más tiempos de espera, más colas, más costes para las empresas”</strong>. “No estamos inventando nada nuevo, es lo que ocurre cuando un territorio es un país tercero”, prosiguió la ministra. “Lo que está ocurriendo con los camioneros en Dover es un ejemplo de lo que pasa cuando no se gestionan las fronteras en territorios que no estaban acostumbrados a ser frontera”, advirtió. Por ello, insistió la ministra, “<strong>España desea concluir estos acuerdos, porque sería una verdadera lástima que Gibraltar se convirtiese en el único lugar con un <em>Brexit </em>duro”</strong>. En caso de fracaso en las negociaciones, advirtió, <strong>“no habría un Plan B: o hay un acuerdo entre Reino Unido y España o Gibraltar se convierte en frontera exterior de la UE; no habría Plan B porque no puede haber Plan B y no hay ninguna posibilidad de prórroga porque Reino Unido es quien ha marcado el periodo de transición de forma bastante clara”.</strong> Desde un enfoque más general y a más largo plazo, la ministra recordó que tanto España como Reino Unido mantienen sus propias posturas “irrenunciables” respecto a la <strong>soberanía sobre Gibraltar</strong>, pero advirtió de que “el desacuerdo sobre la soberanía no debe ser un obstáculo para simplificar la movilidad”. “Pensamos que es posible resolver la cuestión de la movilidad sin renunciar a la cuestión relativa a la soberanía, que es irrenunciable para España”, insistió.