<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Alemania cederá el próximo 1 de enero a Portugal el testigo de la presidencia del Consejo de la UE, cuyas prioridades serán la recuperación económica tras el COVID-19, el desarrollo del pilar social y el fortalecimiento de la autonomía estratégica de “una Europa abierta al mundo”.</strong></h4> Portugal sucederá a Alemania y precederá a Eslovenia, que asumirá la presidencia el 1 de julio. Estos tres países integran el llamado <strong>Trío de Presidencias</strong>, que elaboró en su momento una agenda común de 18 meses a partir de la cual cada Presidencia ha definido sus prioridades específicas. <strong>En el caso de Portugal, según anunció el propio Gobierno, el objetivo es trabajar por “una Unión Europea más resiliente, social, verde, digital y global”.</strong> Por ello, la <strong>Presidencia portuguesa</strong> se ha fijado, bajo el lema <em>Tiempo de actuar: por una recuperación justa, verde y digital</em>, tres grandes ejes de actuación “alineados con la agenda estratégica de la UE, el programa para 18 meses del trío de Presidencias 2020/2021 y el programa de trabajo de la Comisión Europa para 2021”. El primer objetivo es, en palabras del <strong>primer ministro, António Costa</strong>, conseguir <strong>una recuperación económica “justa, verde y digital que permita hacer frente al dramático daño económico y social provocado por el COVID-19”</strong>. Para ello, “la aprobación final de todas las regulaciones del plan de recuperación y resiliencia y de los diferentes planes nacionales será nuestra primera preocupación”, anunció el jefe del Ejecutivo a mediados de diciembre. El segundo eje de la Presidencia portuguesa será <strong>“desarrollar el pilar de los derechos sociales en la Unión Europea”</strong>. “Nuestro modelo social debe ser la base sobre la cual construyamos la confianza, para que todos participen en los desafíos de la transición climática y de la transición digital”, declaró Costa. “Estos son desafíos que Europa no puede posponer” porque afectan a “problemas concretos”, como “el futuro del trabajo”, y “exigen una gran inversión en formación, en recalificación profesional y en innovación, para que las empresas sean más competitivas, y en el refuerzo de la protección social, para que nadie se quede atrás”, añadió. La tercera prioridad de la Presidencia portuguesa será <strong>“reforzar la autonomía estratégica de una Europa abierta al mundo”</strong>. “Debemos tener un debate profundo sobre las políticas industrial, comercial y de competencia y, al mismo tiempo, debemos tener estrechar nuestra relación con el continente africano, nuestra asociación con Europa Oriental y el diálogo con nuestros socios del área del Indo-Pacífico, incluida la cumbre con India, que es un socio clave de Europa en esa región”, declaró el jefe del Ejecutivo luso.