The Diplomat
El Consejo de Ministros aprobó ayer un Real Decreto por el que se concede una subvención de cinco millones de euros a la Fundación Barcelona Mobile World Capital Foundation para impulsar la celebración de las próximas ediciones del Mobile World Congress (MWC) y su permanencia en Barcelona, al menos, hasta 2024.
El Gobierno cumple así con el compromiso adquirido por la Administración General del Estado mediante el Real Decreto 612/2020, de 23 de junio, suscrito con la asociación de operadores GSMA -patronal mundial de los operadores de telecomunicaciones y organizadora del evento- tras la cancelación de la edición de 2020 en el contexto de la emergencia sanitaria del COVID-19.
El anterior MWC, la mayor feria de telefonía móvil del mundo, fue cancelado a mediados de febrero, antes incluso de la declaración de la pandemia. El pasado mes de julio, el director general de GSMA, Mats Granryd, anunció que el próximo congreso volverá a celebrarse de manera presencial en Barcelona en marzo de 2021.
Por las fechas en que se canceló el congreso, la enfermedad –que empezaba a conocerse oficialmente como COVID-19- sólo había causado 1.100 muertos en China y apenas había llegado a España. De hecho, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró por entonces en Barcelona que se estaban tomando todas las medidas necesarias para hacer frente al coronavirus en España y que no existían “motivos de salud pública para cancelar ninguno de los grandes eventos públicos que se celebran o se prevén celebrar en los próximos días en nuestro país”.
El Mobile World Congress es un congreso de carácter anual en torno al mundo de la comunicación móvil, que reúne a casi 800 operadores de telefonía móvil. El evento se celebra desde 2006 en Barcelona y tiene importantes implicaciones para el sector de las telecomunicaciones y un efecto arrastre significativo para el conjunto de la economía. En la edición de 2019 participaron 2.200 expositores, 109.000 asistentes y generó la presencia en España de 3.600 de medios de comunicación, lo que se tradujo en la creación de unos 13.000 puestos de trabajo y unos ingresos estimados en 470 millones de euros.