Diego Álvarez
Bien podría decirse que del martirio de la santa nació el bellísimo Conjunto Histórico-Artístico de Santa Mariña de Augas Santas, un entorno único digno de visitar donde converge arquitectura, historia, naturaleza y leyenda. La tradición relata la persecución y tortura de Mariña que, durante la época del emperador Adriano, fue encadenada, quemada y finalmente decapitada, dando lugar a las tres Fontes de Augas Santas.
Un entorno bucólico y extremadamente bello rodea al santuario, que da cobijo a la imagen de la mártir, donde la leyenda reza que está enterrada. La arquitectura popular, a tan solo seis kilómetros de Allariz, regala valiosos detalles del románico del S. XII, entre los que destacan el falso triforio, los capiteles bien labrados o los rosetones. Su vasto tamaño habla por sí solo de la gran afluencia de peregrinos que acudían a adorar las reliquias.
Se dice que fue construido sobre un templo anterior, del S. VIII o IX, cuando se descubrió el sepulcro sobre el que se construyó el Camarín da Santa que hoy reposa en el interior. Fue ampliado durante la reconquista, reconstruido a finales del S. XII y concluido por los templarios en el S. XIII. Su factura final habla de un templo románico de influencia compostelana y orensana, con aportaciones góticas y muchas similitudes con la cercana Xunquería de Ambía.
El arco triunfal, ligeramente apuntado, está acompañado de arcos formeros y sajones que sostienen la cubierta. De las columnas adosadas que separan las tres naves en el interior, aflora su arquería, rematada por hermosos capiteles tallados con decoración vegetal. El torreón, donde se localiza el reloj y el campanario, y el atrio son de estilo barroco (s. XVI-XVII).
De obligada visita son las fontes, situadas en la parte posterior del templo. Cuenta la tradición que sus aguas cristalinas contienen propiedades milagrosas. Una se encuentra dentro de la Capela de Santo Tomé, junto al Pazo de Verán do Bispo —s. XVIII—, hoy casa parroquial en las proximidades del santuario.
Adyacente a las inmediaciones de la iglesia se halla la Vía XVIII del itinerario de Antonino, antigua calzada romana que brinda un relajante paseo a través de su frondosa bóveda vegetal. La poesía visual del paseo apenas se interrumpe por el crujir de las hojas al paso de los viajeros. Durante la Edad Media era utilizada por los peregrinos para llegar a Santiago.
Monasterio de San Salvador de Celanova
Muy cerca de Allariz se encuentra la iglesia del Monasterio de San Salvador de Celanova, perfecta obra barroca del maestro Melchor de Velasco. El centro de la nave principal está ocupado por el coro bajo, de estilo barroco atribuido a Castro Canseco. Su coro alto es más antiguo, de estilo plateresco-ojival de finales del XV, único en Galicia. En el monasterio, una de las piezas más interesantes, es el claustro viejo o de las Procesiones, del siglo XVI, rematado con ornamentación barroca en la que destacan gigantescas gárgolas.
Iglesia de San Miguel de Celanova
Este pequeño templo mozárabe no supera los 9 metros de longitud. Fue edificado por San Rosendo en el huerto del Monasterio de San Salvador y es el único monumento altomedieval español que no ha sufrido ninguna modificación desde que se construyó el siglo X. Fue declarada Monumento Nacional en 1923.
Para todos los gustos
Si buscas disfrutar de la naturaleza, en pleno corazón de la Ribeira Sacra, se esconde el Parador de Santo Estevo.
La belleza y monumentalidad del edificio han hecho que fuese declarado Monumento Histórico Artístico en 1923.
Si te seduce la tentación de un pazo típicamente gallego, el Parador de Verín aguarda ante la imponente fortaleza medieval de Monterrei.
Si prefieres un hotel con historia, el Parador de Monterrei te espera en la mayor acrópolis gallega.
Un recinto defensivo con la mejor esencia de Paradores.
Ya en Lugo, el Parador de Monforte, situado en el conjunto Monumental de San Vicente do Pino, formado por la Torre de Homenaje, el Monasterio de San Vicente do Pino y el Palacio de los Condes de Lemos.
Y en cualquiera de los cuatro, el visitante se puede dar el gustazo de probar la auténtica cocina gallega.
No en vano, en esta zona de Galicia dicen que se prepara el mejor pulpo del mundo. Pídelo a la parrilla con salteado de grelos. ¡No te equivocarás!