<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El quinto Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo (UpM) concluyó ayer con una declaración final en favor de una mayor integración de las economías, el fomento de la acción climática, el apoyo a la transformación digital y la defensa del empoderamiento de la mujer y del empleo juvenil. Aparte, los integrantes anunciaron la proclamación del 28 de noviembre como Día del Mediterráneo y pidieron un “enfoque global” para el reto migratorio.</strong></h4> El Foro Regional, celebrado en la sede central de la UpM en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, estuvo presidido <strong>por Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, y Ayman Safadi, ministro de Asuntos Exteriores de Jordania y presidente de turno de la UpM. </strong>Aparte, <strong>la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y el secretario General de la UpM, Nasser Kamel</strong>, participaron como anfitriones. El resto de los participantes intervinieron por videoconferencia. Una de las principales novedades del encuentro, que coincidió con el 25 aniversario de la Declaración de Barcelona de 1995 -que sentó las bases para la creación de la UpM-, fue la creación del <strong>Día Internacional del Mediterráneo, que se celebrará el 28 de noviembre de cada año. La decisión fue anunciada por González Laya durante la rueda de prensa final.</strong> Aparte, los representantes de los 42 países -que engloban a 760 millones de personas- se comprometieron <strong>a orientar los esfuerzos de los próximos años a lograr una mayor integración de las economías mediante la promoción del comercio y la inversión, a fomentar la acción climática y los modelos sostenibles de crecimiento, a apoyar la transformación digital y a mantener “el histórico enfoque de la UpM sobre el empoderamiento de la mujer y el empleo, especialmente entre los jóvenes”. </strong>Asimismo, reclamaron una solución política para los grandes conflictos en la región, como <strong>Siria, Libia y Oriente Próximo.</strong> Junto a la lucha <strong>contra la radicalización y el extremismo violento</strong>, la <strong>migración</strong> fue uno de los temas destacados en los debates, según explicó la ministra española, que aseguró que la mayor parte de los Estados miembros coincidieron en que esta cuestión debe abordarse a través de <strong>“un enfoque global” y de la “cooperación bilateral pero, sobre todo, multilateral”.</strong> Asimismo, los países participantes se comprometieron a reforzar la “determinación de luchar contra los tráficos de personas” y reconocieron los beneficios de la migración y la movilidad “bien gestionadas”. <strong> </strong> El foro de la UpM fue inaugurado por el Rey <strong>Felipe VI</strong> a través de un mensaje por videoconferencia en el que recordó que “hace ahora exactamente 25 años la ciudad de Barcelona, históricamente volcada hacia el Mediterráneo, fue escenario de un hecho que bien podemos calificar de histórico: la Conferencia de Barcelona”. No obstante, el monarca lamentó que “a la hora de hacer balance del pasado para encarar con resolución el futuro, debemos reconocer que las expectativas que entonces se suscitaron no han terminado de cumplirse y que, aunque caminamos hacia ese objetivo, estamos todavía lejos de alcanzarlo”. “<strong>A lo largo de los últimos 25 años han cambiado mucho, y no siempre en la mejor dirección, las circunstancias geopolíticas que definían la región euro-mediterránea en 1995”</strong>, prosiguió. No obstante, advirtió, “en estas circunstancias no podemos dejarnos llevar por el desánimo porque si no se mantiene el proyecto de cooperación e integración de las dos orillas <strong>“nos encontraremos tarde o temprano con el escenario de un Mediterráneo cada vez más inestable e impredecible, convertido en línea de fractura entre diversos mundos cada vez más ensimismados y alejados entre sí”.</strong> En la clausura del encuentro, <strong>el presidente Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, aseguró que España está comprometida con <strong>que “la cuenca mediterránea sea un ámbito de diálogo, intercambio y cooperación, que garantice la paz, la estabilidad y la prosperidad de los pueblos”</strong> e instó a “superar” los conflictos, como el de Siria o Libia, y a reactivar el Proceso de Paz en Oriente Medio, “que debe ocupar el centro de nuestros esfuerzos”. Asimismo, pidió que <strong>no se eviten “debates difíciles, como el de la migración, que debería ser segura, humana y legal"</strong>. “La migración es un reto compartido que exigirá de nosotros una voluntad genuina de afrontar su complejidad de manera global, conjunta, decidida y con vocación de encontrar soluciones a sus múltiples dimensiones”, añadió.