Nueva producción del Teatro Real, Rusalka (foto©Javier del Real), de Antonin Dvořák, de la que ofrece 10 funciones hasta el próximo 27 de noviembre, y que está coproducida con la Säschsische Staatsoper de Dresde, el Teatro Comunale de Bolonia, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, en los que se presentará después de su estreno en Madrid.
El libreto de la ópera más célebre de Dvořák, estrenada en Praga en 1901, está inspirado en la versión checa de la leyenda folclórica centroeuropea que conocemos también a través de Undine (1811) de Friedrich de la Motte Fouqué y La sirenita (1837) de Hans Christian Andersen. El relato original encuentra una perfecta traducción musical en una partitura llena de magia y colorido en la que es posible adivinar la influencia wagneriana, en concreto, en las corrientes fluviales de El anillo del nibelungo. Presenta también notables similitudes con otra gran fábula acuática de sacrificio y redención, Sadko (1898) de Rimski-Kórsakov, todo ello sin renunciar a las raíces bohemias que el compositor, como artista comprometido con la música y la cultura nacional checas, imprimió a la mayor parte de sus creaciones.