<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>España y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) firmaron ayer un Acuerdo Marco de Cofinanciación destinado a proyectos de desarrollo rural y de lucha contra la inseguridad alimentaria en países en desarrollo.</strong></h4> El acuerdo, firmado por <strong>la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Ángeles Moreno Bau, y el presidente del FIDA, Gilbert F. Houngbo</strong>, al término de una reunión telemática desde las respectivas sedes, coincide con el <strong>décimo aniversario del Fondo Fiduciario España-FIDA</strong>, formalizado en 2010 con 300 millones de euros procedentes del Fondo de Promoción para el Desarrollo (FONPRODE). Gracias a este fondo fiduciario, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores, se han financiado proyectos de seguridad alimentaria y desarrollo rural en 23 países. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola se creó en 1977 y cuenta con 177 Estados miembros. El nuevo Acuerdo firmado ayer <strong>permitirá a la Cooperación Española cofinanciar proyectos de desarrollo rural y de lucha contra la inseguridad alimentaria con el FIDA</strong>, propiciando, además, alianzas necesarias con otras instituciones bilaterales, multilaterales y de la UE para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el ODS2 de lucha contra el hambre. En estos momentos, según el Ministerio, se está estudiando la posibilidad de cofinanciar, en aplicación de este Acuerdo, <strong>varios proyectos de desarrollo e inclusión agrícola en diversos países de Latinoamérica y África Subsahariana</strong>, lo cual implicaría la participación financiera del FONPRODE a través de créditos a Estados con garantía soberana superior a 40 millones de dólares. Según datos de Naciones Unidas, el 80 por ciento de las personas del planeta en extrema pobreza pertenece a comunidades rurales, donde vive cerca de la mitad de la población mundial. Aparte, la actual crisis causada por el COVID-19 ha puesto de relieve la insostenibilidad de los actuales sistemas agroalimentarios. “La inversión en pequeñas explotaciones predominantemente familiares en países de renta media y baja, junto a las infraestructuras rurales y los servicios de extensión agraria que las apoyan, supone un importante estímulo a la economía rural y contribuye a la vertebración territorial; por ende, a la paz y la seguridad”, indicó Exteriores.