<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Rey Felipe VI intervendrá hoy, por vía telemática, en la Reunión de Alto Nivel para conmemorar el 75 aniversario de las Naciones Unidas, en el marco de una Asamblea General de la ONU especialmente marcada tanto por la efeméride como por el impacto mundial de la pandemia del COVID-19.</strong></h4> La <strong>Reunión de Alto Nivel</strong>, titulada <em>El futuro que queremos, la ONU que necesitamos: reafirmar nuestro compromiso colectivo con el multilateralismo</em>, conmemorará el 75 aniversario del nacimiento de la organización y permitirá conocer los resultados de la encuesta <em>UN75</em>, lanzada en enero de este año para recabar la opinión pública de todo el mundo ante los retos globales. Obviamente, el encuentro estará protagonizado por el COVID-19, “un claro recordatorio de la necesidad de cooperación a través de fronteras, sectores y generaciones”, según informó la ONU. El monarca tendrá una intervención virtual de tres minutos, al igual que el resto de jefes de Estado y Gobierno participantes. Aparte de Felipe VI, <strong>el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez</strong>, también va a intervenir en varias de las reuniones de alto nivel previstas en el seno o en paralelo a la Asamblea General. El 29 de septiembre, el jefe del Ejecutivo pronunciará unas palabras la <strong>Reunión de Alto Nivel sobre Financiación al Desarrollo</strong>, al día siguiente participará en la <strong>Cumbre de la Biodiversidad</strong> (ajena y, por tanto, paralela a la Asamblea General) y el 1 de octubre lo hará en la <strong>Reunión de Alto Nivel por la conmemoración del 25 aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer</strong>, celebrada en Beijing en 1995. Según informaron fuentes diplomáticas, la participación de España en la 75 Asamblea General de la ONU estará definida por seis ejes: <strong>el refuerzo de un “multilateralismo audaz revitalizado y adaptado a la pandemia”</strong>, la <strong>Agenda 2030 y la financiación al desarrollo</strong> (incluido el apoyo a los países de renta baja y media de América Latina ante el reto del COVID-19), el <strong>cambio climático y la biodiversidad</strong>, la <strong>igualdad de género</strong> (con la participación de la ministra de Asuntos Exteriores <strong>Arancha González Laya</strong>, en una reunión sobre empoderamiento económico a las mujeres), <strong>la salud</strong> (con la intervención del ministro de Sanidad, <strong>Salvador Illa</strong>, y con especial énfasis en el acceso y producción de vacunas contra la pandemia) y <strong>el ámbito humanitario</strong>, respecto al cual España destacará su implicación en la conferencia de donantes para los refugiados venezolanos. A juicio de las citadas fuentes diplomáticas<strong>, la respuesta de la ONU a la pandemia ha sido bastante “desigual”</strong>. Por una parte, el secretario general, Antonio Guterres, se mostró muy activo desde el principio en cuestiones como el cese de hostilidades en los países en conflicto, la suspensión de sanciones a los países más afectados o la creación de corredores humanitario, mientras que las agencias, fondos y programas asentados, sobre todo, en Ginebra (OMS, ACNUR, UNICEF o el organigrama de derechos humanos) también se mostraron muy comprometidos con la situación. En cambio, la ONU más “política”, la asentada en Nueva York, como <strong>el Consejo de Seguridad y la Asamblea General</strong>, se han caracterizado por una “parálisis” que incluso ha afectado a algunas iniciativas españolas, como la <strong>propuesta de resolución sobre mujeres y niñas ante el COVID-19</strong>, que no se pudo votar por la suspensión de las reuniones presenciales y tampoco se pudo sacar adelante mediante el recurso de aclamación porque no obtuvo el consenso absoluto de los 193 Estados miembros. Las fuentes diplomáticas creen que la resolución será aprobada por amplia mayoría cuando se pueda celebrar la votación.