<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La Fundación Consejo España-EEUU analizó ayer los ataques contra símbolos de la presencia española en Estados Unidos coincidiendo con el inicio del Mes de la Herencia Hispana en ese país y tomando como punto de partida los actos vandálicos ocurridos tras la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de la Policía. </strong></h4> “Las manifestaciones antirracistas tomaron tintes vandálicos, en principio contra estatuas de generales confederados de Estados Unidos y después contra estatuas de personajes importantes españoles y de bastantes otros países, no sólo españoles”, recordó<strong> el secretario general de la Fundación, Manuel María Lejarreta</strong>, durante la presentación del encuentro virtual <em>Ataques al legado hispano en EEUU y pervivencia de los prejuicios antiespañoles</em>. Según uno de los participante en el evento, <strong>el historiador hispano-británico Felipe Fernández-Armesto</strong>, catedrático de la Universidad de Notre Dame (Indiana, EEUU), “lo curioso en el caso de Cristóbal Colón”, uno de los personajes preferidos por los asaltantes de estatuas, “es que no fueron los españoles los que inventaron al navegante como héroe estadounidense, fueron los propios fundadores anglo-protestantes de Estados Unidos, e incluso se pensó en denominar al país Columbia en honor al descubridor”. No obstante, recordó en el mismo acto <strong>el embajador de España y escritor Eduardo Garrigues</strong>, antiguo cónsul general en Los Ángeles (entre otros muchos cargos) y patrón de la Fundación Consejo, <strong>“en sólo cien años, Colón fue descabalgado de su pedestal”, cuando pasó de ser “un personaje un tanto ambiguo” a “un representante del orden colonial español”.</strong> A juicio del historiador Fernández-Armesto, los ataques contra las estatuas denotan <strong>“la ignorancia de los hechos históricos y la arrogancia de exigirnos a los demás que rechacemos nuestros lugares de memoria para satisfacer sus deseos de venganza”</strong>. Otro factor, prosiguió, es “<strong>el racismo y el prejuicio religioso”</strong>, como demostrarían los ataques a las estatuas de <strong>Junípero Serra</strong>, “ese pobrecito fraile que sólo quería amar a la gente de las misiones”, mientras en la Universidad Stanford, en California, “hay estatuas de personajes ciertamente racistas, explotadores y capitalistas a las que respetan”. “Sus únicos pecados son ser español y católico, y eso es racismo puro”, lamentó. Según Eduardo Garrigues, muchos elementos indígenas de Estados Unidos <strong>“no tienen una visión negativa de la colonización española, a la que ven como incluyente, mientras que a la anglosajona la ven como excluyente”</strong>. “No justifico en absoluto que en aquella época se actuase con esa crueldad, pero pido que se analice en el contexto histórico, porque en aquella época los castigos y mutilaciones ocurrían también en las plazas públicas de Madrid, Londres y otras plazas europeas”, añadió. Al respecto, Fernández-Armesto advirtió de que <strong>“no hay que sustituir la Leyenda Negra por otra Leyenda Dorada”</strong>. “Los españoles no eran moralmente superiores a los ingleses, los españoles actuaban en otras zonas del Nuevo Mundo con otra ecología y les hacía falta mano de obra indígena y por eso su actitud era más positiva, pero <strong>no hagamos comparaciones morales, todos tenemos los mismos vicios</strong>”, añadió. “El pasado que está en peligro en Estados Unidos no es específicamente el español, es el hispano”, explicó. <strong>“Existe una historia desconocida en Estados Unidos de persecuciones, expropiaciones, matanzas de hispanos, pero la gente desconoce esa historia y más vale insistir en ella”</strong> y, por ello <strong>es necesario recuperar la historia y el legado del mundo hispano en Estados Unidos a partir de “la verdad y sin sustituir leyendas negras por otras leyendas doradas”</strong>. En este contexto, añadió, se debe “apoyar cada vez más el uso del español, porque si no se nutre, se perderá como ha pasado con otros idiomas en Estados Unidos y perderemos el acceso a la historia común”, advirtió.