<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La posición en relación con la crisis en Bielorrusia ha puesto de relieve una nueva discrepancia en materia de política exterior en el seno del Gobierno, al dar por buenas Izquierda Unida las elecciones presidenciales en ese país. La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, había hablado de “fraude electoral”.</strong></h4> El pasado martes, Manuel Pineda, eurodiputado de Izquierda Unida, cuyo coordinador federal es el ministro de Consumo, Alberto Garzón, se enfrentó en un debate telemático en el Parlamento Europeo a la candidata opositora bielorrusa, Svetlana Tijanovskaya, e instó a la UE a no estar “subordinada a la Casa Blanca” y a no interferir en Bielorrusia, más allá de procurar "el diálogo y una salida política y pacífica", informa Europa Press. También el Partido Comunista de España, en el que milita Alberto Garzón, ha expresado su respaldo al presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko, cuyo triunfo en los comicios presidenciales, está siendo contestado en las calles del país con manifestaciones que son reprimidas por el régimen. Frente a esa posición de Izquierda Unida, el Gobierno español, como el resto de los países miembros, considera que las elecciones no fueron “ni libres ni justas”, y apoyó la adopción de sanciones individuales contra los responsables de la violencia. Además, pidió la liberación de los presos "arbitrariamente encarcelados" y el inicio del diálogo con la sociedad civil. La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, expresó su preocupación por el "fraude electoral" y las detenciones arbitrarias a su colega bielorruso. Aunque Podemos, socio de coalición de Izquierda Unida, ha mostrado una posición más matizada, condenando la represión de las protestas, lo cierto es que la cuestión bielorrusa ha puesto de relieve una nueva discrepancia en el seno del Ejecutivo español en materia de política exterior. Además de la diferente visión que Unidas Podemos y el PSOE tienen sobre la situación en Venezuela, se han registrado ya varios incidentes en que ha quedado patente la dificultad de expresarse en el mismo sentido en algunos asuntos. Así, el pasado mes de febrero, el secretario de Estado de Derechos Sociales y miembro de Podemos, Nacho Álvarez, recibió a una representante del Frente Polisario refiriéndose a ella como "ministra" saharaui, ante lo que González Laya tuvo que aclarar rápidamente a Marruecos que España sigue sin reconocer a la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD). También en alguna ocasión, socialistas y 'morados' han votado distinto en el Congreso. La primera vez fue en febrero, cuando Podemos se abstuvo en la adhesión de Macedonia del Norte a la OTAN, por su rechazo a la política "expansiva y de confrontación de la Alianza. No obstante, cuando han surgido algunas de estas discrepancias, Iglesias se ha visto obligado a afirmar que la política exterior la marca el Ministerio de Asuntos Exteriores.