<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> La declaración realizada hace unos días, en la cuenta de Facebook de la <strong>Embajada de Bielorrusia</strong>, por el embajador, <strong>Pavel Pustovoy</strong>, sobre la <strong>situación que vive su país,</strong> ha causado una <strong>cierta sorpresa en el Ministerio español de Asuntos Exteriores.</strong> Pustovoy publicó el pasado día 17 una extensa declaración en la que parecía querer nadar entre dos aguas, después de la represión desatada en Bielorrusia contra quienes protestan por lo que consideran un amaño de los resultados de las elecciones presidenciales que volvieron dar como ganador, por sexta vez consecutiva, a Alexander Lukashenko. El embajador comienza reprochando a quienes han proferido insultos o amenazas contra la Embajada o dirigidas al cónsul honorario de Bielorrusia en Barcelona, que es el español C. Balsa Navarro, del que recuerda que “no tiene nada que ver con los acontecimientos políticos en Bielorrusia”. Las palabras del embajador parecen querer ser un llamamiento al diálogo, pero en un determinado momento indica que lo que está sucediendo en su país no son aceptables para un Estado europeo en el siglo XXI. Después, de manera clara, propone que para resolver la crisis que se vive en Bielorrusia, se proceda a un recuento de los votos de las pasadas elecciones presidenciales del 9 de agosto. Asimismo, aboga por la celebración de juicios para actuar contra quienes hayan golpeado a manifestantes pacíficos, hayan detenido a ciudadanos sin motivo o hayan amenazado a los participantes en las manifestaciones y sus familiares. Sin embargo, al propio tiempo, reclaman que sean sometidos a vistas judiciales quienes hayan provocado la violencia de las fuerzas de seguridad, atacándolas primero con piedras y otros objetos o hayan realizado ataques con vehículos contra agentes de la policía. Exteriores estudia las palabras del embajador, aunque, en principio, según fuentes solventes consultadas por<em> The Diplomat,</em> no se tiene la impresión de que Pustovoy se hay desmarcado de la postura oficial de su Gobierno, como ha hecho alguno de sus compañeros, como el embajador en Eslovaquia. La realidad es que el propio Pustovoy indica el final de su declaración que no piensa reemplazar la actual bandera nacional por la enseña blanca, roja y blanca, que ondean los manifestantes anti-Lukashenko, ya que -dice- los símbolos actuales del Estado bielorruso fueron aceptados en el referéndum en 1995. Además, la página de Facebook de la Embajada publicó el pasado viernes una declaración del ministro de Asuntos Exteriores bielorruso, Vladimir Makei, exponiendo la posición oficial del Gobierno de Bielorrusia.