<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>El cónsul general de España en Bayona, Álvaro Alabart, denuncia, en una nota facilitada a <em>The Diplomat</em>, la existencia de una trama para provocar su destitución del cargo.</strong></h4> <a href="https://thediplomatinspain.com/2020/07/gonzalez-laya-destituye-al-consul-general-de-espana-en-bayona/" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Alabart fue cesado el pasado 22 de junio, por “pérdida de confianza”</a>, después de que el diario digital francés <em>Mediapart</em> asegurara que había dejado en la calle en pleno confinamiento, a dos empleados ucranianos de la residencia del cónsul en Biarritz que acababan de jubilarse, y que se había desplazado a San Sebastián a recoger a dos nuevos trabajadores, pese la prohibición de circulación entre Francia y España. En la nota facilitada a <em>The Diplomat</em>, Álvaro Alabart, manifiesta una escasa confianza en ser repuesto en el cargo, a pesar del recurso de reposición presentado contra su cese -y en el que expone su versión de los hechos-, y se pregunta por la verdadera razón de su destitución. Alabart muestra su extrañeza por el hecho de que una información que tuvo una escasa difusión tanto en Francia como en nuestro país, donde sólo se hicieron eco algunos medios digitales y la cadena SER, haya llevado a la Subsecretaría del Ministerio a argumentar que se había dañado la imagen exterior de España. “Es algo exagerado… por decirlo diplomáticamente”, señala. El cónsul estima que hay elementos para afirmar que <strong>existe una “trama” destinada a apartarlo del Consulado</strong>. Así, cita que el 4 de mayo, dos días antes de publicar la información, el diario <strong>Mediapart</strong> le remitió un cuestionario a él y al embajador en París, <strong>José Manuel Albares,</strong> con 16 preguntas, una de las cuales aludía a un chat privado y confidencial entre el embajador y los cónsules españoles en Francia, sobre compra de mascarillas. Entiende que ya entonces “alguien almacenaba pruebas” contra él. Asimismo, indica que en la información difundida el 7 de mayo por <em>la cadena SER</em>, su corresponsal en Francia, Carmen Vela, dijo que “la Embajada de España en París informa que los cónsules son nombrados por Exteriores…”, “de lo que se deduce subliminalmente -señala Alabart- que también pueden ser cesados por Exteriores”. Y se pregunta “¿quién puede informar a la cadena SER en París en nombre de la Embajada, si no es el embajador?”. El diplomático se queja también de que el 8 de mayo, la entonces subsecretaria del Ministerio, <strong>Ángeles Moreno</strong>, inició un procedimiento de información reservado del que no le hizo partícipe, y que cuatro días después se le pidieron por teléfono aclaraciones sobre el artículo de <em>Mediapart</em>, “pero sin indicar que era una prueba para el cese”. “Lo lógico -afirma en su nota Alabart- hubiera sido que se hubiera enviado un Inspector a Bayona, quien, una vez hablado con todos, hubiera hecho una propuesta fundada y meditada al Ministerio. Pero, en el <strong>ambiente inquisitorial del Ministerio,</strong> oír al ‘reo’ no interesaba ni importaba”. “Es decir -asegura-, que hay una serie de hechos en los que presuntamente parecen estar i<strong>nvolucrados tanto la Embajada de España en París, como la anterior Subsecretaria, Ángeles Moreno Bau</strong>, que podrían explicar que el artículo de <em>Mediapart</em> podría haber sido i<strong>nstigado desde el propio Ministerio</strong>. Si no fuera así, por qué dar crédito a un digital francés, sin repercusión mediática, y cuyo contenido falso en ningún caso se puede interpretar que pudiera dañar a la imagen exterior de España”. A continuación, el cónsul cesado hace hincapié en que cuando la actual subsecretaria, <strong>Celsa Nuño</strong>, dio cuenta el 18 de junio de su cese a la Junta de la Carrera Diplomática, lo justificó en “pérdida de confianza e idoneidad”, y que eso mismo es lo que le dijo telefónicamente a él, el 2 de junio, anunciándole la decisión. Alabart ve una contradicción en esas manifestaciones y en el hecho de que el director general del Servicio Exterior, <strong>Álvaro Kirpatrick</strong>, y el subdirector general de personal, <strong>José Laviña</strong>, intercambiaran con él, incluso el mismo 2 de junio, correos en los que le daban instrucciones sobre una demanda presentada por un jardinero de la residencial del cónsul en Biarrtitz o sobre una llamada anónima amenazante hecha al Consulado en Bayona y que estaba siendo investigada por la Policía francesa, lo cual, considera que es una señal de confianza. Termina su escrito Alabart, preguntándose: “¿Cómo es posible que el Ministerio de Asuntos Exteriores de España cese a un funcionario <strong>diplomático español con 42 años de servicios prestados, dos Embajadas a su cargo (Kuwait y Mozambique), una Gran Cruz del Mérito Militar y el grado de Embajador de España</strong>, otorgado por el Consejo de Ministros?”. Y añade que la pregunta fundamental sigue siendo: “¿Cuál es la verdadera razón del cese? ¿Quién se beneficia de ello?”.