The Diplomat
La ministra de Defensa y ex ministra de Asuntos Exteriores en funciones, Margarita Robles, ha lamentado ante sus homólogos de la UE que las instituciones europeas no han actuado de una forma “suficientemente integrada” en la lucha contra el COVID-19.
“Trabajando juntos y mejorando los mecanismos de cooperación, haremos realidad la idea de una Europa que protege y defiende a sus ciudadanos” frente a crisis globales como la del coronavirus, manifestó este pasado martes la ministra durante una videoconferencia presidida por el Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común, Josep Borrell, para analizar las implicaciones del COVID-19 en el ámbito de la seguridad y la defensa.
“La crisis actual nos muestra que la seguridad es integral y es global, y requiere solidaridad y una cooperación estrecha en el seno de la Unión”, prosiguió, citada por el Ministerio de Defensa en una nota de prensa. Pese a ello, “las instituciones europeas no han actuado de forma suficientemente integrada contra el COVID-19”, lamentó la ministra durante el encuentro, en el que también participaron el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el secretario general adjunto del Departamento de Operaciones de Paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix.
Durante su intervención, Robles informó a sus homólogos europeos de que “en España, un promedio de 8.000 militares han realizado cada día, desde hace dos meses, miles de intervenciones en más de 1.200 poblaciones, mostrando a la ciudadanía las razones por las que pueden confiar en las Fuerzas Armadas en tiempos de adversidad”.
Asimismo, la ministra de Defensa abogó por consolidar “una base industrial europea más sólida”, y por reforzar la “capacidad de investigación e innovación en Defensa” de la UE, “haciendo uso de los nuevos modelos de cooperación, como la PESCO, la CARD o el Fondo Europeo de Defensa”.
Durante la videoconferencia, los ministros de Defensa europeos abordaron la situación de las misiones y operaciones de la Política Común de Seguridad y Defensa, así como las consecuencias estratégicas de la pandemia para la seguridad y la defensa de Europa, con especial atención a cuestiones como la solidaridad, la capacidad de respuesta, la preparación, las capacidades y la garantía de suministros críticos.