<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El Gobierno considera que España no estará en condiciones de abrir sus fronteras con el resto del espacio Schengen hasta principios de julio, cuando se recupere, en todo el territorio nacional, la “nueva normalidad” prevista por el plan de desescalada por la pandemia del COVID-19.</strong></h4> El próximo 15 de mayo concluye el actual periodo de cierre extraordinario de las fronteras exteriores de la UE e interiores del espacio Schengen. Al margen de que es muy probable que se prorroguen estas medidas (como ya se hizo el 20 de abril), el final de este periodo no implicará que se vayan a reabrir de inmediato las fronteras, por lo que la UE ha iniciado un periodo de debate con y entre los Estados miembros para buscar nuevas soluciones consensuadas sobre movilidad y gestión de las fronteras. En el caso de España, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores han indicado que <strong>el objetivo del Gobierno es que sólo se puedan abrir las fronteras cuando se hayan alcanzado plenamente los objetivos del Plan de Transición para la Nueva Normalidad en todo el territorio nacional, lo cual no se espera que se produzca antes de principios de julio.</strong> Francia, que hoy mismo puso en marcha su propio plan de desescalada, ha previsto unas fechas parecidas. Una situación excepcional podría ser la de las comunidades autónomas insulares, Baleares y Canarias, especialmente dependientes del turismo y en las que la pandemia está teniendo una evolución más suave que en el resto de España. Para estos casos, aunque el Plan de Transición está previsto para todo el territorio nacional en su conjunto, ambas comunidades tendrían la opción de presentar una propuesta al Ministerio de Sanidad, que la podría valorar. En todo caso, advirtieron las mismas fuentes, <strong>el objetivo de España no es que todos los Estados miembros abran sus fronteras a la vez, sino que todos se rijan por los mismos criterios.</strong> Para ello, se deberían buscar planes asimétricos similares a los que contempla el propio Plan de Transición para el interior de España, de manera que los Estados vayan abriendo sus fronteras en función de la evolución de la pandemia en cada uno. Lo que España no aceptará es que cada país actúe siguiendo sus propios criterios y sin consensuarse con el resto. En cuanto al papel que puede jugar en esta materia <strong>el Estado de Alarma</strong> en España, cuya continuación depende de una cada vez más complicada renovación en el Congreso de los Diputados, las mismas fuentes precisaron que el Real Decreto se limita a gestionar la movilidad interior y no afecta, por tanto, a ninguna decisión sobre las fronteras, que son una competencia plena del Estado. No obstante, el Estado de Alarma sí podría ser necesario para acelerar la llegada de “la nueva normalidad” dentro de España y, por tanto, la apertura de la fronteras de acuerdo con los requisitos del Gobierno.