Eduardo González
El vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, reclamó ayer “un escalón más” en la solidaridad entre los Estados europeos tras la crisis del COVID-19, “en la línea de la propuesta de Gobierno español ante el Consejo Europeo”.
“Debemos subir un escalón más en la solidaridad europea” con la puesta en marcha de “instrumentos innovadores”, declaró Borrell durante el acto inaugural de la nueva plataforma online de Nueva Economía Fórum, en la que participaron más de 1.300 personas.
“Hasta ahora, todo lo que hacía Europa en las diferentes crisis era ayudar a los Estados a endeudarse y a tener un mejor acceso a los mercados financieros”, pero con la actual crisis del coronavirus y sus consecuencias económicas, ese método “ya no basta” y se deben buscar “formas de solidaridad que transfieran recursos y gastos de los demás Estados a los Estados que los necesiten, igual que haría un Estado federal”, advirtió Borrell. Se trata, añadió, de emitir deuda “no para fabricar más deuda, sino para generar recursos que cada país pueda administrar”. “Si no sabemos qué hacer con esos recursos, mutualizar la deuda no servirá para nada”, agregó.
Esta postura, según Borrell, está “en la línea de la propuesta del Gobierno español ante el Consejo Europeo del jueves”. Según recogen diversos medios, el Ejecutivo de Pedro Sánchez va a proponer la creación de un fondo de entre un billón y un billón y medio de euros para la recuperación económica de los Estados, que se financiaría mediante una emisión de deuda europea perpetua y cuyas partidas a los países se realizarían por transferencia directa y no mediante préstamos, para evitar un aumento de la deuda pública de los Estados.
Ayer, el secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, mantuvo sendas videoconferencias con sus homólogos de Alemania, Michael Roth, y de Italia, Enzo Amendola, para explicarles la propuesta que llevará España a la videoconferencia de los Ministros de Asuntos Europeos de mañana, miércoles, y la de los Jefes de Estado o de Gobierno, el jueves, día 23. Según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, las reuniones ponen de manifiesto «la voluntad de promover una respuesta rápida, ambiciosa y coordinada frente a la crisis, que resulte en una Unión Europea más unida, más soberana y solidaria».
Aparte, según Borrell, la UE debe evitar que “la mayor fuerza financiera de algunos Estados les permita ayudar más a sus empresas y crear mejores condiciones para sobrevivir hoy y competir mañana”. “Si comparamos el potencial financiero de Alemania con el de España o Italia vemos una gran diferencia” y de lo que se trata, advirtió, es que “todos los Estados estén en igualdad de condiciones para ayudar a sus empresas”, porque, en caso contrario, “saldremos de aquí con un mercado único profundamente distorsionado”.
Torra como ejemplo del nuevo nacionalismo tras el COVID-19
Respecto a las consecuencias políticas de la crisis sanitaria, el alto representante admitió que “lo que está a prueba es la capacidad de la democracia para resistir una tensión” que va a servir de “terreno de cultivo” para populistas, nacionalistas y defensores de los sistemas autoritarios y totalitarios.
“Hay una batalla de narrativas”, advirtió. En uno de los bandos enfrentados se encuentran “los que dicen que los sistemas autoritarios como China respondieron con más eficacia” , que “los sistemas autoritarios de ordeno y mando son más eficaces” y los nacionalistas que juegan con “el atractivo de las fronteras como barricadas detrás del frente”. Ese es el caso, añadió, del presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien “ha dicho que Cataluña lo hubiera hecho mejor si fuera independiente”, lo cual supone “una respuesta profundamente equivocada”.
“Francamente”, advirtió Borrell, “la respuesta de los países con mayor calidad democrática ha sido mejor”, porque una crisis de estas características “sólo se puede resolver a través del convencimiento a los ciudadanos, algo que solo una democracia madura puede conseguir”. “Las democracias más maduras han respondido mejor y se harán mejores«, añadió.
En todo caso, el ex ministro español reconoció que, visto “desde Bruselas, sorprende cuán agria es la política en España en unos momentos en los que debería haber mayor cooperación frente a un problema común». “La llamada a la unidad, la cooperación, la superación de conflictos y la búsqueda de soluciones entre países europeos y del resto del mundo se puede y se debería hacer también en la política interior de cada país”, advirtió.