La vida de José de Espronceda (1808-1842) presenta tres aspectos que no se pueden considerar de una manera aislada: el político, el amoroso y el literario. Para entender su quehacer poético, su biografía debe ser contemplada como una fusión de estos tres factores que se reflejan constantemente en su obra literaria.
En la forma de poema narrativo, El estudiante de Salamanca usa como eje el mito de Don Juan Tenorio, abarcando en cuatro partes los amores y pasiones, y las consecuencias de los mismos del protagonista de la obra, Don Félix de Montemar, un vivo reflejo del antes mencionado libertino. Es un hombre amoral, arrogante, mujeriego; ávido amante del cuerpo femenino y los placeres que le provocan, pero no de las relaciones ni mucho menos de establecerse con una sola mujer. El autor llena la obra de versos atípicos para la época, mezclando géneros y creando un protagonista que resulta cínico y subversivo, pero ciertamente encantador, por lo que no sorprende que cuando fue publicada fuera vista como innovadora, por la transgresión de varias convenciones propias de esos tiempos.