<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>Los centros del Instituto Cervantes en Pekín y Shanghái (China) han empezado a reanudar la actividad de manera paulatina tras la suavización de las medida de confinamiento impuestas por el Gobierno chino a causa del coronavirus.</strong></h4> Según informó la institución, <strong>más de una docena de trabajadores del Cervantes de Pekín, bien de plantilla o bien colaboradores externos, acuden ya a la sede</strong>, entre ellos el administrador y el jefe de biblioteca. En cambio otros, como <strong>la nueva directora del centro, Isabel Cervera, todavía no se han podido incorporar </strong>de modo presencial por diversos motivos. Todavía no se permite el acceso del público. Por su parte, <strong>la sede de Shanghái ya abre dos días a la semana</strong>, atiende con previa cita y los socios de la Biblioteca Miguel de Cervantes pueden devolver y pedir prestados libros. Esta tímida apertura al público ha sido posible gracias a la mejora de la situación en la ciudad más poblada de China, con unos 24 millones de habitantes. No obstante, las universidades, colegios, teatros o cines de la capital financiera del país siguen cerrados y buena parte de la población continúa trabajando desde casa, y, si acude al lugar de trabajo, lo hace por turnos. <strong>“Ambos centros del Instituto dan así los primeros pasos para volver a una relativa normalidad en el país donde estalló por primera vez la crisis del coronavirus a finales del pasado año”</strong>, declaró el Instituto Cervantes. <strong>Pekín y Shanghái tenían prevista su reapertura el pasado 31 de enero, una vez concluidas las vacaciones de Año Nuevo en China, pero se tuvo que retrasar por la grave emergencia sanitaria</strong> que después acabaría extendiéndose por todo el mundo. Las actividades docentes, culturales y bibliotecarias fueron canceladas o aplazadas, y se diseñaron programas alternativos online. Según el Cervantes, ambos centros han implantado, desde el primer día de cierre, <strong>todas las medidas higiénicas y de prevención indicadas por las autoridades locales</strong>: limpieza, ventilación y desinfección tanto de los espacios de trabajo (despachos, aulas, aseos y zonas comunes) como del material (pantallas, teclados y ratones de ordenadores). Asimismo, tanto la paulatina reapertura como la incorporación al trabajo presencial también se han ajustado a las indicaciones y exigencias en cuanto a turnos, horarios, número máximo de personas que permanecen en el centro simultáneamente o distancias de seguridad.