Néstor Laso
Coordinador en España del Centro Democrático (Colombia)
Si algo caracteriza a la epidemia del Covid-19 cada día que pasa es su carácter transnacional y que su calificativo científico de pandemia está ganado a pulso.
En mayor o menor medida, casi todos los países del mundo están afectados por la epidemia pero su forma de prevenirla o combatirla cambia entre los diferentes países y sus gobiernos.
Aunque las instrucciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de varios organismos multilaterales, la FAO, la Unión Europea y de organizaciones científicas entre otros, han sido claras y contundentes al respecto, no todos los gobiernos han querido adoptar las medidas de protección con la suficiente antelación, por un cúmulo de razones: unos por entender que establecer medidas restrictivas desde el inicio no era el sistema mas adecuado para combatirlo, otros por mera negligencia, que pudieron anteponer intereses políticos propios a los colectivos de la ciudadanía a quien se deben para preservar su salud y otros por no contar con los líderes adecuados en estas situaciones críticas tan decisivas.
Que Colombia está combatiendo de forma acertada al coronavirus es un hecho objetivo valorado tanto por medios de comunicación colombianos como españoles e internacionales en las últimas horas.
Así, en una comparativa efectuada por el prestigioso diario económico colombiano “La República”, con los principales afectados por la epidemia como son: China, Italia, España, Francia, etc, el país cafetero mostraba el liderazgo mundial en anticipación en aplicar las correspondientes medidas restrictivas. En la actualidad está en la fase de acuerdo de medidas económicas y su puesta en ejecución, para la atención de la población más vulnerable.
En estos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha efectuado un reconocimiento a Colombia sobre la aplicación adecuada por el Gobierno del presidente Iván Duque de los protocolos previstos para combatir le epidemia del coronavirus.
Y ello al haberse tomado decisiones contundentes desde casi un primer momento, tras dar un plazo muy breve pero razonable para que entraran en el país los colombianos residentes y turistas en el exterior, lo cual incluso fue objeto de críticas insolidarias de representantes y seguidores de la oposición.
Tras ese prudencial plazo, las decisiones firmes y recias, como debe ser en una situación como la actual, fueron constantes.
A la declaración de emergencia, se unió el cierre de aeropuertos a vuelos internacionales, la obligación de confinamiento total de la población, la supresión de vuelos nacionales, el cierre de fronteras, medidas económicas de subsistencia para los más necesitados de acuerdo a los medios presupuestarios, etc. Los contagiados al día de hoy son controlables, novecientos seis, y dieciséis personas las fallecidas a consecuencia de esta pandemia.
Teniendo en cuenta que Colombia, tiene casi cincuenta millones de habitantes, su ratio de afectados y fallecidos por número de ciudadanos es la mas baja del continente americano, inferior a la de países como Estados Unidos, Brasil, México, Argentina, Ecuador, Perú, Chile, etc.
En aplicación de estas medidas de choque, sería difícil que en el país iberoamericano la situación se torne tan dramática, como se están viviendo en otros lugares, entre ellos dolorosamente España, a pesar de la amenaza que tiene para la nación cafetera la llegada de posibles afectados de sus vecinos de los pasos fronterizos de Ecuador, con ratios de epidemia altos, y Venezuela, con las circunstancias sociosanitarias conocidas que está sufriendo.
Pero en este liderazgo, ha resurgido en apoyo de su país y del Gobierno de Iván Duque la figura política y gestor político sin parangón del expresidente de Colombia, actual senador y líder del partido gubernamental Centro Democrático, Álvaro Uribe.
Y ello, como siempre lo ha hecho en los momentos mas duros que Colombia ha tenido que sufrir, como durante sus gobiernos 2002-2010, periodo que puso en situación de rendición a los narcoterroristas de las FARC.
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, se ha puesto el «mono o buzo de trabajo», el overol como dicen en el país cafetero, para luchar contra el coronavirus y ayudar al presidente Iván Duque y su gobierno, a derrotar a este nuevo enemigo invisible, que ataca al país iberoamericano y al mundo de forma tan silenciosa como malévola.
Los grandes líderes políticos mundiales se ven en los momentos más difíciles de sus países. Éste es uno de ellos, posiblemente el que más desde la Segunda Guerra Mundial, y Álvaro Uribe demuestra que forma parte de ese tipo de dirigentes que no se arredran ante las dificultades y que no actúan con palabras sino con hechos, poniéndose en primera fila a combatir esta pandemia y proteger a su país, como siempre lo ha hecho. Sus conciudadanos lo saben y prueba de ello es que diariamente recibe de ellos mas de cuatrocientos correos electrónicos que le envían información de la pandemia en el país, a fin de que impulse ante el Gobierno la solución de los problemas que se van suscitando en las diferentes regiones del país.
Colombia y sus habitantes mas vulnerables, siempre han podido contar con él en las situaciones más traumáticas que ha padecido el país cafetero durante el tiempo de su ejercicio político.
En España, en estos momentos de caos, envidiamos sanamente a Colombia, pues también necesitamos un político de raza, de los de verdad, de los auténticos como lo es el político “paisa”, que lidere el caos que desgraciadamente ya se extiende por toda la nación.
© Néstor Laso es el coordinador en España del Centro Democrático (Colombia). Abogado, profesor de Derecho Mercantil y de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Europea del Atlántico (Santander – España). Es español con nacionalidad colombiana.