<h6 align="left"><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4 align="left"><strong>La designación de la ex ministra de Sanidad Carmen Montón como embajadora observadora permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA) ha causado un profundo malestar entre los diplomáticos, según se desprende de un comunicado emitido ayer por la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE).</strong></h4> <p align="left"><strong>La ADE, de la que forman parte el 75 por ciento de los funcionarios diplomáticos</strong>, ya manifestó ese malestar cuando el primer gobierno de Pedro Sánchez, surgido tras la moción de censura que le llevó a La Moncloa, nombró a tres embajadores que no pertenecen al Carrera Diplomática y son militantes del PSOE: <strong>Ángel Ros, ex alcalde de Lérida, en Andorra; Manuel Escudero, ex diputado del PSOE, en la OCDE; y José Andrés Perelló, ex miembro de la Ejecutiva socialista, en la Unesco.</strong></p> <p align="left">Ahora, los diplomáticos expresan su <strong>“preocupación” por el nombramiento de Carmen Montón</strong> y reiteran que, independientemente del partido político que gobierne en nuestro país, y “dentro del respeto a la discrecionalidad del Consejo de Ministros a la hora de nombrar a los embajadores de España”, se muestran en desacuerdo con el nombramiento de embajadoras y embajadores ‘políticos’, no pertenecientes a la Carrera Diplomática, <strong>“sin una trayectoria profesional que garantice el mérito e idoneidad necesarios para ocupar esos puestos”.</strong></p> <p align="left">“La mencionada discrecionalidad -enfatizan- no puede ni debe convertirse en arbitrariedad ni servir para, en detrimento de los funcionarios diplomáticos de carrera, garantizar una ‘salida institucional” a personas que han ocupado puestos políticos, en este caso durante breves meses previos a una dimisión”.</p> La ADE recuerda en su comunicado que “<strong>ser Embajador de España no se improvisa</strong> ni se aprende en unos pocos años; es la consecuencia última de haber superado unas exigentes oposiciones y de haber adquirido una dilatada experiencia tras muchos años de trabajo, incluyendo puestos de responsabilidad y tanto en el extranjero como en nuestro país, consagrados a salvaguardar los intereses de España”. Refiriéndose en concreto al nombramiento de Carmen Montón para la OEA, una Embajada en la que normalmente los embajadores están un periodo de cuatro años y en la que el hasta ahora titular -<strong>Cristobal Valdés</strong>-, llevaba menos de tres, la ADE explica: “La Jefatura de Misión ante la OEA es un puesto especialmente técnico al cual, tradicionalmente, acceden diplomáticos de contrastada valía profesional en el ámbito de las relaciones internacionales y, particularmente, en el intrincado mundo de la diplomacia multilateral”. Por ello, indican que siguen sin entender que tanto en éste como en anteriores nombramientos políticos <strong>“primen los intereses personales y partidistas sobre el interés superior de España y su imagen en el exterior”</strong>. La ADE concluye señalando que esperan que sus reflexiones “contribuyan a una óptima toma de decisiones en beneficio de los citados intereses nacionales, en el ámbito de nuestra política exterior”. La práctica de poner a políticos no miembros de la Carrera Diplomática al frente de Embajadas la han llevado tanto Gobiernos del PSOE como Gobiernos del PP, pero han sido los primeros los que más la han desarrollado. De manera especial, lo hizo el Gobierno de<strong> José Luis Rodríguez Zapatero, quien en sus ocho años en La Moncloa, nombró a 12 embajadores políticos</strong> y ostenta el récord de haber tenido a la vez a nueve de ellos, en ocasiones para satisfacer demandas personales. Uno de los nombrados por Rodríguez Zapatero fue <strong>el socialista Raúl Morodo</strong>, quien ya había sido embajador en la Unesco y en Portugal con Felipe González. Zapatero lo envío a Venezuela, donde su actuación está siendo investigada por la Audiencia Nacional, que lo acusa de lucrarse del presunto saqueo de la empresa de petróleos venezolana PDVSA. Además, Rodríguez Zapatero nombró embajadores a ex ministros socialistas como Joan Clos (Turquía), Cristina Narbona y Claudio Aranzadi (OCDE) o Maria Jesús Sansegundo (Unesco), además de destacados políticos socialistas como Francisco Vázquez (Santa Sede), Rafael Estrella (Argentina) o Luis Planas (UE y Marruecos), sin olvidar el caso de Miguel Cortizo (Paraguay). También <strong>Felipe González, que nombró a un total de 10 embajadores no diplomáticos</strong>, aunque en un periodo más largo -14 años- situó en Embajadas importantes a políticos socialistas, como Joan Raventós(Francia), Julián Santamaría (Estados Unidos), Eduardo Foncillas (Alemania) o Alberto de Armas, en Venezuela, entre otros. Por el contrario, <strong>José María Aznar, sólo tuvo dos embajadores ‘políticos’</strong>, ambos expertos en asuntos económicos y ambos en la OCDE: Luis Feito y Elena Pisonero. El Gobierno de<strong> Mariano Rajoy,</strong> que había criticado con profusión los nombramientos de embajadores ‘políticos’ hechos por Rodríguez Zapatero, también recurrió a esa práctica, <strong>situando a tres de sus ex ministros en otras tantas Embajadas</strong>: Pedro Morenés (Estados Unidos), Federico Trillo (Reino Unido) y José Ignacio Wert (OCDE).