The Diplomat
Para celebrar la tradicional fiesta de la Primavera, el Martisor, la embajadora de Moldavia, Violeta Agrici, ofreció una recepción el pasado viernes, a la que asistieron numerosos invitados, tanto españoles como moldavos.
Durante el acto, la embajadora explicó que la tradición del Martisor, compartida con Bulgaria, Rumanía y Macedonia del Norte, se remonta 8.000 años y simboliza, además de la llegada de la Primavera, el comienzo del año agrícola, la victoria del bien sobre el mal, entre otras cosas.
El Martisor es uno de los tesoros culturales de su país, que en 2017 fue incluido en la lista del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO. Los colores rojo y blanco que componen estos símbolos simbolizan respectivamente al hombre y a la mujer, y también fuego y agua. El trenzado de los dos hilos se cuelga normalmente del pecho, pero también se encuentra en bordados de muchas prendas tradicionales moldavas.
Durante el acto, en el que también se exhibió una muestra de fotografías, los asistentes tuvieron la oportunidad de trenzar su propio Martisor para que, en palabras de la embajadora “sean los embajadores de nuestro símbolo primaveral”.