The Diplomat
El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, participará hoy en un acto de la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense sobre ‘Reaccionismo y fascismo en el siglo XXI’, junto a Álvaro García Linera, ex vicepresidente de Bolivia con Evo Morales, mientras el Ministerio de Asuntos Exteriores trata de normalizar las relaciones con el Gobierno interino boliviano de Jeanine Áñez.
La presencia en Madrid de García Linera, investigado por la Fiscalía Departamental de La Paz, junto a Evo Morales, por «delitos electorales» en relación con el presunto fraude en los últimos comicios, coincide con el impulso que desde Asuntos Exteriores se está dando a las gestiones para superar la crisis abierta con Bolivia con el incidente de finales de diciembre que desembocó en expulsiones de diplomáticos españoles y bolivianos.
Ayer, el director general de Iberoamérica, Rafael Garranzo, recibió ayer en su despacho al ex vicecanciller de Bolivia, Gualberto Rodríguez, enviado por el Gobierno interino de Jeanine Áñez, para tratar de recomponer las relaciones entre los dos países.
Según fuentes solventes consultadas por The Diplomat, se trató de una reunión de carácter “técnico” para estudiar las medidas que faciliten la normalización de las relaciones bilaterales, después del encuentro mantenido en Montevideo por la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y su colega boliviana, Karen Longaric.
Rodríguez, que lleva en España algún tiempo no ha sido aún acreditado por las autoridades españolas como encargado de Negocios en Madrid, como desea el Gobierno boliviano, y esa podría ser una de las primeras medidas.
En correspondencia, España podría nombrar a un diplomático para hacerse cargo de la Embajada en La Paz o decidir el regreso del embajador, Emilio Pérez de Ágreda, que se encontraba en nuestro país cuando se produjo la crisis. Bolivia tiene convocadas elecciones para el 3 de mayo, por lo que nuestro país tendría interés en tener una antena allí.
A vueltas con la Embajada de México
Por otra parte, el incidente en que se vieron envueltos el pasado mes de diciembre dos diplomáticos españoles que visitaron la embajadora de México en Bolivia (donde se refugiaba un alto responsable político del expresidente Evo Morales perseguido por las nuevas autoridades bolivianas) volvió ayer al debate político interno nacional, después de que Gonzalo Robles, del PP, pusiera en duda en el pleno del Senado las conclusiones de la investigación interna del Ministerio de Exteriores.
Robles afirmó que es “inimaginable” que un secretario de Estado para Iberoamérica (concretamente, Juan Pablo de Laiglesia) autorizase la visita de los diplomáticos a la Embajada -tal como figura en el informe remitidos a los grupos parlamentarios- porque un secretario de Estado “no es un miembro del Gobierno”.
En su respuesta, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, le recriminó que “si no se cree lo que explican, no ya la ministra, sino los servicios independientes de verificación de un Ministerio que usted conoce muy bien, no sé qué quiere que le diga”. “Me sorprende que se crean las versiones que leen en la prensa y en los medios y no se crean las de los cuerpos y fuerzas de seguridad y las de los diplomáticos; eso, señorías, no es muy patriótico”, añadió.