<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>Su Majestad el Rey señaló ayer, durante la recepción al Cuerpo Diplomático, que la marcha del Reino Unido de la UE es un momento triste, pero afirmó que España se propone ser uno de los motores europeos y “participar activamente en todas las vanguardias, cooperaciones reforzadas e iniciativas encaminadas a profundizar en el proyecto europeo”.</strong></h4> Don Felipe, acompañado de doña Letizia, ofreció en el Palacio Real la tradicional recepción anual ante los embajadores acreditados en Madrid, en esta ocasión, sin la presencia del presidente del Gobierno,<strong> Pedro Sánchez</strong>, que había viajado a Bruselas para reunirse con el presidente del Consejo Europeo, <strong>Charles Michel</strong>, y hablar sobre la negociación del presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027. Si participó, por primera vez, la nueva ministra de Asuntos Exteriores, <strong>Arancha González Laya, </strong>y asistieron, igualmente tres de los cuatro nuevos secretarios de Estado:<strong> Cristina Gallach </strong>(Exteriores e Iberoamérica)<strong>, Ángeles Moreno (Cooperación Internacional) y Manuel Muñiz </strong>(España Global). <a href="https://www.casareal.es/ES/Actividades/Paginas/actividades_discursos_detalle.aspx?data=6223">En su discurso ante los representantes diplomáticos</a>, el Monarca hizo un amplio repaso a las <strong>grandes líneas de la política exterior de España</strong>, un país “democrático y avanzado” del que dijo que desea reflejar la imagen de una sociedad “plural, tolerante y solidaria, con una inequívoca vocación europeista y cosmopolita”. Precisamente, ese<strong> europeismo</strong> fue uno de los puntos que don Felipe destacó como seña de identidad de España, tomando pie de la salida del Reino Unido de la UE, algo que dijo lamentar “profundamente”. Por ello, resaltó que la España de hoy “no puede entenderse sin su pertenencia a la Unión Europea”. “La Unión europea -enfatizó- no es un ámbito más en la política exterior española. Es su espacio natural de identidad y actuación”. Y agregó que desea ser <strong>uno de los motores europeos</strong> y participar, de manera activa, en cuantas vanguardias y cooperaciones reforzadas se articulen para profundizar en el proyecto europeo. El Rey dijo también que España considera que la UE es el mejor instrumento para ser relevantes en un mundo globalizado, aboga por una democratización de las instituciones comunitarias para acercarlas a los ciudadanos. Felipe VI no dejó pasar su discurso sin aludir a <strong>la crisis del coronavirus</strong> que preocupa en todo el mundo. Lo hizo transmitiendo <strong>la solidaridad y el apoyo de España a China</strong> "en estos momentos especialmente difíciles de emergencia sanitaria" y <strong>valorando “muy positivamente” los esfuerzos y medidas adoptadas por el Gobierno chino</strong> para "lograr una gestión eficaz de la crisis, que nos afecta a todos". Por otra parte, antes de entrar en la política de España hacia distintas partes del mundo, el Rey dijo que nuestro país se propone <strong>"priorizar la diplomacia preventiva, la mediación y la diplomacia humanitaria",</strong> hacer que los derechos humanos sean "un elemento vertebrador y definidor" de la acción exterior y apostar por la <strong>"mejora de la condición de la mujer en el mundo"</strong> como una "tarea inaplazable". También mencionó la solidaridad como factor clave de la manera en que España se muestra al mundo y "se plasma en la política de cooperación al desarrollo y la acción humanitaria eficaz". <strong>Crisis en Iberoamérica</strong> Al repasar las <strong>prioridades de la política exterior española</strong>, se detuvo en la <strong>comunidad iberoamericana,</strong> indicando que se encuentra <strong>“sacudido por diversas</strong> <strong>crisis de índole política y socioeconomíca"</strong>, y pidiendo a la región que reafirme su apuesta "por la <strong>consolidación de la</strong> <strong>democracia y el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos y las libertades individuales"</strong> como señas "irrenunciables" de la identidad iberoamericana y garantía de "progreso y estabilidad". Iberoamérica es la "vocación histórica" de España, con una "relación familiar única", afirmó ofreciendo su apoyo a Andorra para la celebración este año de la Cumbre Iberoamericana. En cuanto al <strong>conflicto israelo-palestino</strong> y la nueva <strong>propuesta estadounidense</strong>, señaló que, "por su alcance" <strong>está siendo aún "analizada en profundidad</strong>”. Y reiteró que es "urgente que palestinos e israelíes negocien directamente una solución que tenga en cuenta sus aspiraciones respectivas, de acuerdo con las resoluciones de la ONU y los parámetros acordados internacionalmente". En la región -dijo- España se une a quienes "apelan a la urgente desescalada, al diálogo, la búsqueda de soluciones políticas y a la imprescindible construcción de confianza entre actores determinantes para la paz regional". Don Felipe lamentó la prolongación de la crisis en Libia, y reiteró la apuesta renovada por África como "continente del futuro" y el deseo de España de "asentarse firmemente" en los mercados asiáticos. El soberano indicó, asimismo, que, en un mundo que se mueve cada vez más "por políticas de poder y de competencia y por esferas de influencia", España apuesta, en cambio, por "un orden mundial justo", basado en el derecho internacional, <strong>la colaboración y el "multilateralismo eficaz e inclusivo</strong>" con el centro de gravedad en una ONU reformada. En su discurso también aludió a la reciente COP25, al papel de España en el G20, a la apuesta por el libre comercio basado en normas justas, al 75 aniversario de la Carta de la ONU y al compromiso de España con la paz y la seguridad internacional, un ámbito en el que está "a la vanguardia" en participación en operaciones internacionales. Además, consideró prioritario contar con una <strong>"genuina política europea de migración y asilo",</strong> que combine diálogo y colaboración con los países de origen y tránsito de los migrantes, "una intensa cooperación al desarrollo" y la "represión de las mafias". El Monarca repasó sus<strong> últimas visitas de Estado, entre ellas las realizadas a Cuba y Marruecos</strong>. De la primera, dijo que es de una “especial significación" porque fue la primera visita de un Rey español a la isla y conmemoró los 500 años de la fundación de La Habana. Y de su viaje a Marruecos señaló que fue el "testimonio de la tradicional amistad" y del "enorme potencial" entre los dos países. De igual modo, aseguró que para España es "prioritario <strong>mantener y ampliar las mejores relaciones" con Estados Unidos</strong>, por "múltiples razones políticas, económicas y de seguridad" y dijo que se seguirá reforzando también las relaciones con Rusia. Concluyó Felipe VI expresando sus mejores deseos para este año, a todos los países representados en la recepción. En total, más de 200 personas, entre las que <strong>no se encontraba ningún representante de Bolivia</strong>, ya que ese país no tiene ningún diplomático en España, tras las crisis vivida con motivo de una visita de la encargada de Negocios de España a la embajadora de México en La Paz, que se saldó con mutuas expulsiones de diplomáticos españoles y bolivianos. Venezuela estuvo representada, en ausencia de su embajador -que no se encuentra estos días en España-, por la encargada de Negocios, Livia Suárez. <strong>No fue invitado Antonio Ecarri, “embajador” del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó,</strong> ya que el único embajador que ha presentado sus Cartas Credenciales ante el Rey es el del actual Gobierno de Nicolás Maduro, Mario Isea. <h4>El Nuncio defiende la Constitución</h4> Antes de la intervención del Rey, tomó la palabra, como es tradicional, el <strong>Nuncio Su Santidad en España, como decano del Cuerpo Diplomático</strong> acreditado en nuestro país. <strong>Monseñor Bernardito Auza</strong>, recién incorporado a su puesto y en su primera intervención en un acto oficial, lanzó, en nombre de los embajadores, un mensaje "a favor de l<strong>a voluntad de concordia, de paz y de buen entendimiento, reforzando las instituciones democráticas y el respeto del Estado de Derecho".</strong> Bernardito Auza subrayó que “<strong>la Constitución es el fundamento de la convivencia de una unidad tan variopinta y rica como es España”</strong>. El Nuncio además, aseguró que el Cuerpo Diplomático comparte con Don Felipe la confianza en los españoles, porque -subrayó- "en los momentos de dificultad y ante los retos han sabido siempre abrirse camino afrontando el futuro con generosidad y responsabilidad".