The Diplomat
Hacer llegar a la sociedad y, singularmente, a los jóvenes las ideas que elaboran es uno de los principales retos a los que se enfrentan los “think tanks”, según se puso de relieve el pasado viernes en un debate organizado por la Fundación Alternativas y el Real Instituto Elcano sobre el papel que tienen hoy los centros de pensamiento en la “turbulencia” global.
El debate tuvo lugar en la nueva sede de la Fundación Alternativas con motivo de la publicación del ranking de “think tanks” que publica anualmente la Universidad de Pensilvania, que sitúa a Elcano, CIDOB y Alternativas entre los 30 primeros de Europa Occidental.
En la sesión participaron por la Fundación Alternativas, Diego López Garrido, vicepresidente ejecutivo; Belén Barreiro, miembro del Patronato; y Carlos Carnero, director gerente. Por el Real Instituto Elcano, lo hicieron Rafael Estrella, vicepresidente; Araceli Mangas, miembro del Patronato; y María Solanas, directora de Programas. Actuó como moderador el editor de The Diplomat in Spain, Luis Ayllón; y asistieron representantes de otros centros de pensamiento, empresas y universidades.
Diego López Garrido planteó en su intervención si los “think tanks” han perdido la relevancia que tuvieron en el siglo XX o si continúan siendo necesarios. En su opinión en los momento turbulentos en que vivimos es necesario contar con unos instrumentos que, sin embargo, deben plantearse “cómo acercarse más a la sociedad civil y conectar con la política”, y hacer “un esfuerzo especial de objetividad y rigor”. “Los tres grandes retos que tenemos en el horizonte -dijo- son la comunicación y ser capaces de llevar nuestras ideas a los jóvenes, la independencia y la financiación”.
Rafael Estrella consideró también “imprescindibles” a los “think tanks” porque generan “espacios para el diálogo y el debate, aglutinan inteligencia y la procesan, y la devuelven para aportar contexto a la sociedad y a los medios de comunicación para que conformen sus opiniones”. Añadió que deben tener voluntad no sólo de interpretar las cosas, sino de cambiar la realidad.
Araceli Mangas subrayó la fuerza de las ideas sobre la que se basan los “think tanks”, y recalcó “la mediocridad de la clase política, que desde la etapa de Felipe González -aseguró- ha crecido mucho”, por lo que, en su opinión, los centros de pensamiento deben ser capaces de llenar ese espacio. Asimismo, recordó que en 2012 no aparecía ningún “think tank” español entre los 100 primeros y ahora hay cuatro. “Hemos avanzado mucho, y ahora llegamos a los gobiernos y a la opinión pública; vista a evolución hay que ser optimistas”, dijo Mangas.
Belén Barreiro elogió la red de expertos y la base de datos de Alternativas y afirmó que la fundación ha tenido “la gran virtud de detectar antes los grandes problemas y ponerlos encima de la mesa, como hace con sus informes de democracia o desigualdad, este último un tema que desde que lo puso en la opinión pública no se ha dejado de hablar de él”. Destacó también la “altísima” calidad de sus trabajos, así como su “independencia” y “el gran rigor de sus informes”.
María Solanas indicó que está pendiente cerrar la brecha de género, la mayoría de los think tanks del mundo están dirigidos por hombres con una presencia de mujeres anecdótica. Indicó, asimismo, que la calidad de los trabajos de los “think tanks” será lo que les dé capacidad de influir.
Por último, Carlos Carnero, calificó de muy positivos los resultados del ranking de la Universidad de Pensilvania y destacó la gran “solidez intelectual” de los trabajadores de los “think tanks”. Terminó refiriéndose a los problemas de “financiación”, por lo que dijo que sería necesario “que el Estado pusiera más de su parte para garantizar nuestras investigaciones, igual que subvenciona a las universidades”.