<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> <h4><strong>La visita que ayer realizó a Madrid Juan Guaidó, puso de relieve la disparidad de comportamientos en el espectro político español en relación con la crisis en el país iberoamericano. Ante la tibia acogida dispensada por el Gobierno de Pedro Sánchez -con desprecio incluido por parte de su socio Pablo Iglesias- los partidos de la oposición -PP, Vox y Ciudadanos- se volcaron en gestos de apoyo al presidente encargado de Venezuela.</strong></h4> Guaidó, después de haber sido recibido por los principales mandatarios europeos en su gira por el Viejo Continente, llegó a la capital de España, sabiendo que<strong> Sánchez no había considerado oportuno recibirlo y que lo haría la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya,</strong> quien además, llevó la reunión a Casa América, en lugar de celebrarla en el Palacio de Santa Cruz o en su residencia del Palacio de Viana, como suele hacerse con los dignatarios extranjeros. No hubo ni rueda de prensa conjunta ni comparecencias por separado ante los medios de comunicación, después de <strong>45 minutos de conversación,</strong> sobre los que el Ministerio de Asuntos Exteriores difundió un comunicado de cuatro párrafos. En él se indica que <strong>González Laya “trasladó al presidente encargado el pleno respaldo del Gobierno de España a su figura”</strong> y le transmitió el deseo del Ejecutivo de “contribuir, con todos los medios a su alcance, a generar las condiciones para la celebración de elecciones presidenciales democráticas”. La afirmación de que el Gobierno respalda al presidente encargado de Venezuela choca con las palabras pronunciadas días atrás con<strong> el vicepresidente Pablo Iglesias, para quien Guaidó no es más que “un dirigente importante de la oposición”</strong>. Formalmente, el Ejecutivo mantiene el reconocimiento que ofreció a Guaidó hace un año, pero la falta de entusiasmo con que lo hace ha quedado patente con el recibimiento que le ha dispensado, frente al que le han dado los principales países de la Unión Europea, donde se espera que España lidere la posición sobre Venezuela. Por contra, los partidos de l<strong>a oposición y principalmente el PP aprovecharon la ocasión</strong> para multiplicar los gestos de solidaridad con Guaidó y con quienes tratan de desalojar del poder a Nicolás Maduro. El líder de los populares,<strong> Pablo Casado</strong>, acudió también a Casa América para reunirse con Guaidó, y al concluir el encuentro instó a Pedro Sánchez a decir “si está con la democracia venezolana o con la tiranía de Maduro”. Igualmente, el presidente de Vox, <strong>Santiago Abascal</strong>, mantuvo un encuentro con Guaidó, a quien expresó su "estupor" por lo que calificó de "desaire” por parte de Sánchez y dijo que “es una vergüenza para los españoles máxima". En el Ayuntamiento de Madrid, e<strong>l alcalde, José Luis Martínez-Almeida (PP), y la vicealcaldesa, Begoña Villacís(Cs),</strong> entregaron a Guaidó las Llaves de Oro de la capital por ser "el auténtico presidente de Venezuela" y por "representar la libertad frente a la tiranía, la democracia frente a la dictadura, y la razón frente a la fuerza". La distinción se concede desde 1988 a los jefes de Estado en visita oficial a la ciudad. En la sede del gobierno regional madrileño, en cuya fachada había sido colocada la bandera de Venezuela, l<strong>a presidenta, Isabel Díaz Ayuso, impuso a Guaidó la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid.</strong> En la <strong>Puerta del Sol, ante una multitudinaria concentración</strong> de venezolanos y españoles que llenaban la plaza, Guaidó aseguró que “Venezuela va a ser libre muy pronto”. "Estamos de pie -enfatizó- y no van a poder con nosotros. Vamos a conseguir la democracia". Durante su presencia en Madrid, Juan <strong>Guaidó trató de eludir cualquier crítica al Ejecutivo español</strong>, a pesar de las preguntas de los periodistas, y calificó de “muy productivos” los minutos de conversación que mantuvo con la ministra de Asuntos Exteriores, restando importancia al hecho de no haber sido recibido por Pedro Sánchez. <strong>«Sánchez -dijo, por el contrario- fue el primer presidente europeo hace un año en reconocerme</strong>. En España la causa venezolana la abrazan todos los partidos. Una gira que no pudimos articular con tiempo y fue complicado ponernos de acuerdo. Espero en los próximos meses recibir al presidente español en Miraflores”. Tampoco quiso el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela entrar en la polémica creada por la entrevista del ministro de Transportes, <strong>José Luis Ábalos</strong>, en el aeropuerto de Barajas con la vicepresidenta de Venezuela, <strong>Delcy Rodríguez</strong>, señalando que no disponía de más información que la publicada en los medios. Los partidos de la oposición continuaron ayer, reclamando al jefe del Ejecutivo el cese de Ábalos, quien, sin embargo, obtuvo el respaldo de<strong> Sánchez, quien dijo que su ministro “hizo todo lo posible para evitar una crisis diplomática y lo logró”.</strong>