<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> Los funcionarios de la Carrera Diplomática se muestran expectantes ante la <strong>llegada al Palacio de Santa Cruz</strong> de una ministra con un perfil muy distinto al que han tenido todos sus predecesores y con el objetivo de desarrollar la llamada<strong> diplomacia económica.</strong> Fuentes diplomáticas consultadas por <em>The Diplomat</em> consideran que la decisión de <strong>Pedro Sánchez</strong> de optar por <strong>Arancha González Laya</strong> para ponerla al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores estuvo fuertemente influenciada por <strong>Nadia Calviño</strong>, la vicepresidenta económica que es quien conoce mejor la trayectoria que ha tenido a lo largo de los últimos años en las distintas misiones relacionadas con el comercio internacional que ha tenido. En algunos <strong>sectores del Ministerio</strong> más favorables a dar a la gestión diplomática un contenido más económico el nombramiento ha sido <strong>acogido con satisfacción</strong>. En otros, sin embargo, se plantean <strong>dudas sobre la forma en que puede desarrollar ese cometido</strong>, sin contar en el Departamento con <strong>instrumentos suficientes</strong>, ya que la <strong>Secretaría de Estado de Comercio sigue radicando en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que dirige Reyes Maroto.</strong> En Exteriores, tan sólo hay actualmente una Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, dotada de un reducido número de personas, que tal vez pudiera verse ampliada. Las relaciones entre diplomáticos y técnicos comerciales, es, por otra parte, no siempre han sido muy fluidas, especialmente cuando operan en el extranjero, lo que perjudica sensiblemente la acción exterior española en el ámbito empresarial. Hay también <strong>algunos</strong> comentarios entre los diplomáticos que <strong>temen</strong> que fijar la atención del Ministerio en los aspectos económicos, con una persona con experiencia en ese campo a nivel internacional, pero con un perfil muy técnico, <strong>pueda hacer perder a España capacidad para la toma de decisiones a nivel político</strong> en <strong>conflictos internacionales,</strong> como por ejemplo, la actual crisis entre Estados Unidos e Irán, o en <strong>contenciosos bilaterales</strong>, como el vivido recientemente con Bolivia. En cualquier caso, se da por seguro que este lunes habrá una gran afluencia de funcionarios diplomáticos en la toma de posesión de la nueva ministra, deseosos de que su llegada al puesto, una vez que forme su equipo de colaboradores más directos, suponga una reactivación de la política exterior española. Además, un buen número de diplomáticos están a la espera de que comience el nombramiento de nuevos embajadores, que ha estado paralizado desde marzo de 2019 debido a las numerosas consultas electorales y al largo periodo en que el Gobierno ha estado en funciones.