<h6><strong>Luis Ayllón</strong></h6> Los responsables del <strong>Ministerio de Asuntos Exteriores</strong> preparan la publicación de una orden ministerial que incluirá la <strong>modernización del uniforme</strong> que actualmente utilizan las <strong>diplomáticas</strong> españolas, según supo <em>The Diplom</em>at de fuentes solventes. La orden ministerial, en cuya preparación trabajan principalmente <strong>la Subsecretaría del Ministerio y los Servicios de Protocolo</strong>, sustituirá a otra que data de mediados de los años 90, cuando todavía el número de mujeres diplomáticas no era tan amplio como en estos momentos. Con el paso del tiempo, cada vez más diplomáticas trabajan en puestos en los que el uso del uniforme es frecuente y muchas de ellas se habían quejado de que <strong>resulta poco elegante</strong>, sobre todo si se compara con el que usan los varones. La nueva disposición regulará cómo debe ser el uniforme de la Carrera Diplomática, tanto para los hombres como para las mujeres. En el caso de estas, podrán <strong>optar por falda o pantalón</strong>. El pantalón, al igual que el de sus compañeros varones, llevará un galón a lo largo de cada una de las piernas. En cuanto a la falda, será más larga que la actual. Otro de los cambios<strong> afectará a la chaqueta</strong>, que ahora quedaba cortada por detrás y tenía poco empaque, y que, en el futuro, será más larga y más parecida a la del uniforme masculino. Como sus compañeros, las mujeres podrán llevar <strong>espadín, guantes y bicornio</strong>, con plumas blancas para las embajadoras y negras para las que no lo son. Exteriores quiere también adoptar medidas para que se pueda <strong>rebajar el precio de los uniformes</strong> de los diplomáticos, que oscilan entre los 6.000 y los 12.000 euros, un costo muy elevado en comparación por ejemplo con los uniformes de gala de algunos cuerpos militares. Precisamente el alto precio de los uniformes disuade a muchos de los diplomáticos de encargarlo. En el caso de las mujeres no más de media docena lo tienen. El uso del uniforme no es obligatorio, aunque en algunos puestos resulta bastante conveniente. Así sucede, por ejemplo, con el embajador ante la Santa Sede, que debe utilizarlo al presentar Cartas Credenciales ante el Papa y con frecuencia en otros actos. Precisamente, en estos momentos, la Embajada en el Vaticano está ocupada por una mujer (<strong>Carmen de la Peña</strong>). De igual modo, son mujeres, la subsecretaria del Ministerio (<strong>Ángeles Moreno</strong>) y la primera y segunda introductora de embajadores (<strong>Caridad Batalla y María Sebastián de Erice</strong>), que, a menudo, acuden al Palacio Real a la <strong>presentación de Cartas Credenciales</strong> ante el Rey. Aunque pueden acudir con vestido largo, resulta mucho más adecuado a la ceremonia el uso del uniforme diplomático.