<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El éxodo masivo de venezolanos protagonizó ayer, inevitablemente, el acto sobre <em>Desplazamientos y migraciones en América Latina y el Caribe</em>, organizado por Casa de América y la Fundación Carolina en el marco del ciclo <em>Diálogos con América Latina</em>.</strong></h4> “El tema migratorio es de rabiosa actualidad en un año en el que nos hemos visto impactados por las imágenes del Puente Simón Bolívar en Cúcuta, por el que cruzan decenas de miles de ciudadanos venezolanos, la mayor parte para quedarse, y de las caravanas de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños que se dirigían a Estados Unidos”, declaró durante la presentación del acto <strong>el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe en funciones, Juan Pablo de Laiglesia.</strong> “Estas imágenes nos han tomado por sorpresa a todos” porque, “aunque sabíamos de la salida progresiva de venezolanos, no pensábamos que fuera a tener esta proporción”, prosiguió. “ACNUR prevé que, entre 2020 y 2021, la cifra actual de cuatro millones podría duplicarse; es una cifra que a mí me parece excesiva, pero ellos tienen los datos”, añadió. Por su parte<strong>, la directora de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Anna Terrón</strong>, advirtió de que, “por primera vez”, España se ha convertido “en tierra de asilo y de demanda de asilo para ciudadanos latinoamericanos, algo que no ocurrió ni siquiera durante la época de las dictaduras”. En 2016, según Terrón, España recibió más de 16.500 demandas de asilo procedentes de la región, cifra que ascendió a más de 31.000 en 2017 y a más de 54.000 en 2018, y “lo más fácil es que este año se duplique”. Esta evolución, afirmó, se debe a <strong>“la diáspora de venezolanos, que está impactando a toda la región, con cifras superiores a las de Siria”, pese a lo cual, lamentó, “en la UE todavía no son conscientes de esta situación”.</strong> En el mismo sentido, uno de los ponentes, <strong>Diego Acosta, catedrático de Derecho Europeo y de Inmigración en la Universidad de Bristol</strong> (el otro fue el sociólogo y economista guatemalteco Rolando Castillo), lamentó que “en la UE no hay consciencia de la magnitud del tema de Venezuela” a pesar de que, “<strong>por primera vez en un siglo, se ha producido un gran flujo de personas a diferentes países de la región, principalmente sudamericanos”</strong>. Ejemplo de ello es la situación de <strong>Colombia</strong>, cuya embajadora, <strong>Carolina Barco</strong>, tomó la palabra desde el público para advertir de que <strong>el flujo masivo de venezolanos en Colombia, Ecuador, Perú y Chile “empieza a ser muy desestabilizador” para la región</strong>. “Este flujo, que se va a duplicar en el año entrante porque el hambre, la falta de seguridad y de derechos y las condiciones económicas continúan, es un reto para la región”, advirtió. No obstante, “este tema va más allá de América Latina” y debería implicar a “la UE y otros actores”, manifestó.