<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>La Escuela Diplomática albergó ayer un seminario sobre el centenario de las relaciones diplomáticas entre Chequia y España, en el marco de los eventos conmemorativos organizados a lo largo del año por las embajadas de la República Checa en Madrid y de España en Praga.</strong></h4> “España y República Checa tienen una relación excelente”, declaró <strong>la subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno</strong>, durante el acto, poco después de reunirse con <strong>la viceministra de Asuntos Exteriores de la República Checa, Anita Grmelová</strong>, presente en Madrid por la Cumbre del Clima (COP25) y quien también asistió al acto. “Ambos países compartimos los mismos valores occidentales del Estado de derecho y la defensa de los derechos humanos, que son el gran corazón de Europa y por los que tenemos que seguir trabajando”, añadió Moreno. El seminario, moderado por <strong>Pedro Calvo-Sotelo Ibáñez-Martín</strong> (embajador en Praga entre 2015 y 2018) y al que asistieron <strong>los embajadores de la República Checa, Eslovaquia, Polonia, Letonia, Austria, Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica</strong>, contó con la participación de Milan Jakobec, del Ministerio checo de Asuntos Exteriores; Maroš Timko, de la Universidad Carolina de Praga; y el diplomático Miguel Alonso Berrio. Cerró el encuentro <strong>Ramón de Miguel</strong>, secretario de Estado de Política Exterior y Asuntos Europeos entre 1996 y 2004. Durante su ponencia, De Miguel explicó que la historia diplomática entre los dos países está marcada por <strong>cuatro fechas</strong>, dos más “formales” (<strong>1919</strong>, primer reconocimiento de Checoslovaquia y apertura de relaciones; y <strong>1993</strong>, “segundo reconocimiento” tras la separación de la República Checa de Eslovaquia) y otras dos “más importantes en las relaciones bilaterales”, como son <strong>la entrada de Chequia en la OTAN en 1999</strong>, aprobada en “ la cumbre de julio de 1997 en Madrid”; y <strong>la incorporación de la República Checa a la UE en 2004</strong>, en la que “España jugó de nuevo un papel importante, porque fue en julio de 2002, durante la Presidencia española, cuando se cerraron las negociaciones para la adhesión”. <strong>“La situación actual de las relaciones es muy saludable”</strong>, aseguró. “En estos años, las exportaciones españolas se han multiplicado por veinte y las importaciones desde Republica Checa por treinta, lo que arroja un saldo comercial negativo para España porque la República Checa tiene un sector industrial floreciente que representa más del 30% del PIB, mientras que España le vende sobre todo productos agroalimentarios”, explicó. No obstante, “España no está incómoda con esta situación”, ya que, mientras “los países que más exportan a República Checa son los de su entorno, y con las importaciones ocurre lo mismo”, España es “la que más importa y exporta fuera de su entorno geográfico”. Por tanto, <strong>“la República Checa es el primer socio comercial de España en la región después de Polonia”</strong>, manifestó. Aparte, en 2018 “viajaron 300.000 turistas checos a España y Praga es la quinta ciudad europea más visitada por los españoles, por encima de Berlín”, al tiempo que el español se ha convertido en “el tercer idioma extranjero que más se estudia en Chequia”, después del alemán y el ruso y por delante del francés, lo cual “hace años era impensable”. “Esta evolución reciente es muy saludable, pero falta algo”, advirtió. “<strong>La pertenencia a la UE ha incrementado las relaciones diplomáticas, culturales, comerciales y humanas y se ha convertido en un elemento esencial para el futuro de las relaciones”, </strong>pero <strong>“el proyecto común de la UE atraviesa una encrucijada difícil y muy importante”,</strong> sobre todo tras “la mayor crisis desde su fundación, la salida del Reino Unido”, prosiguió. No obstante, “aunque la República Checa ha estado entre los países más euroescépticos”, gracias al <em>Brexit</em> el país centroeuropeo puede dar “un paso adelante” <strong>para “entrar en el núcleo duro de la construcción europea y distinguirse del nacionalismo melancólico de sus socios de Visegrado”</strong>, afirmó. Con ello, se abre <strong>“una enorme oportunidad, que España quiere compartir con la República Checa, para avanzar en serio hacia una Europa que pueda jugar en la gran liga de Estados Unidos, China, India y Rusia”</strong>, advirtió De Miguel.