Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado
La verdad nos hace libres. En Europa, y particularmente en España, es necesaria y urgente una campaña que exija la verdad ideológica. Es muy frecuente que, en los medios de comunicación, se tilde al partido Vox de ultraderecha, al igual que a Bolsonaro, actual presidente de Brasil, y a Orban, presidente de Hungría y a otros mandatarios. Por el contrario, es muy raro que se aplique el calificativo de ultraizquierda a otros partidos o regímenes. ¿Se ajusta esto a la realidad política? ¿Qué es la verdad?
Uno de los grandes dilemas de Europa, y de España en particular, es la necesidad de la verdad ideológica. ¿Qué significan los términos de ultraizquierda y ultraderecha? ¿Se utilizan con propiedad?
El concepto ideológico de ultraizquierda es bastante obvio y fácil de definir. Encuentra su raíz fundamental en el anarquismo y el marxismo, pero especialmente en éste último. Las palabras de Marx y Engels en su Manifiesto de 1848, son el catecismo de la ultraizquierda: “Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
El marxismo es la ultraizquierda. Sigue creyendo que el enemigo a batir es el capitalismo, es decir la propiedad privada, y para ello utiliza golpes de estado o procesos paulatinos de confiscación -“Exprópiese”, decía Chávez- y de represión policial. Sin embargo, los medios de comunicación evitan salirse de lo “políticamente correcto” y no califican como ultraizquierda o extrema izquierda a Unidas Podemos o Más País. Por el contrario, no les tiembla la voz al tildar a Vox de partido de extrema derecha.
Para superar la confusión, veamos qué es la ultraderecha o la extrema derecha. Según Wikipedia, “son términos utilizados en política para describir movimientos o partidos políticos que promueven y sostienen posiciones o discursos nacionalistas y ultraconservadores, considerados radicales o extremistas. Estas posturas radicales corrientemente se vinculan con prácticas antidemocráticas”. La ambigüedad de la definición es flagrante. ¿Se tilda de extrema derecha a los partidos nacionalistas/independentistas catalanes, que quieren expulsar todo lo que suene a español de Cataluña? ¡Ni se nos ocurra! Sin embargo, ese tipo de actuaciones -no digamos las violencias de los CDR- van más allá de la ultraderecha y se asemejan mucho a las acciones nazis contra los judíos. En el caso de Vox su discurso es patriótico, adjetivo que por cierto vuelve a retomar el PP, y hasta Sánchez, cuando se envuelve en la gran bandera roja y gualda, pero ¿es lo mismo ser un patriota que un nacionalista excluyente?
Seamos serios. Si queremos utilizar los términos de extrema derecha y de extrema izquierda, hagámoslo con precisión o simplemente estaremos contribuyendo a la mentira histórica. Vox, hoy por hoy, no presenta ningún signo extremo. Su respeto a la democracia es exquisito. Los que faltan al Estado de Derecho y a la Democracia son quienes han hecho la Declaración Unilateral de Independencia. Esos sí que son ultras. Al igual que también los son todos los que pretenden saltarse la Constitución y en especial sus tres primeros artículos. ¿Hay ultraizquierda? Sí. Todos los que aun hoy no han repudiado el marxismo. ¿Hay ultraderecha? Defina usted qué se entiende por tal y luego hablaremos. Debemos descartar la demagogia. Es un obstáculo brutal para lograr la convivencia democrática que, posiblemente, es lo que la gran mayoría de españoles deseamos.
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