<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> El Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, albergó ayer, en pleno revuelo político por los resultados de las elecciones generales y por el pacto de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, el acto de recepción de <strong>la mesa en la que Manuel Azaña firmó hace ochenta años su renuncia como presidente de la República.</strong> El acto, en el que también se expusieron el pasaporte diplomático del ex presidente, el telegrama en el que se anunció su inminente renuncia y la carta original en la que estampó la dimisión, estuvo presidido por <strong>la subsecretaria del Ministerio, Ángeles Moreno</strong>, y fue clausurado por <strong>la secretaria de Estado de la España Global, Irene Lozano.</strong> También asistieron el acto la subsecretaria del Ministerio de Justicia, Cristina Latorre; la sobrina nieta de Manuel Azaña, María José Navarro Azaña; y el director del Archivo Histórico Nacional, Juan Ramón Romero; además del ciudadano francés Luz Franzoni, custodio de la mesa a lo largo de las últimas décadas y quien en último término ha donado el mueble a España. Durante su intervención, Moreno recordó que durante el Gobierno de Azaña se convocaron, en 1932, las primeras oposiciones a la Carrera Diplomática, en la que ingresó la primera mujer, Margarita Salaverría. Por su parte, Irene Lozano, es mostró <strong>“segura de que la España de hoy, democrática, solidaria, tolerante y plural, es la que Azaña soñó en su día”.</strong> Tras la entrega en Colonges-souys-Salève, la mesa fue protagonista de otro acto el pasado mes de septiembre en la Embajada de España en París, ciudad que también albergó a Manuel Azaña durante su exilio. El homenaje de ayer culmina el viaje de retorno del mueble a España, aunque el Gobierno tiene intención de poner punto y seguido a esta historia de reconocimiento a la memoria del exilio en un nuevo acto, “del que en breve España Global explicará los detalles”, según anunció Lozano.