The Diplomat
La Conferencia Internacional de Solidaridad sobre la Crisis de Refugiados y Migrantes de Venezuela concluyó ayer en Bruselas con un “fuerte mensaje de apoyo a los refugiados y migrantes de Venezuela así como a sus países y comunidades de acogida en América Latina y el Caribe”.
“La severa y complicada crisis política, socioeconómica y de derechos humanos en Venezuela ha producido una de las más serias situaciones de desplazamiento en todo el mundo”, afirma la declaración conjunta de la Conferencia, celebrada en Bruselas los días 28 y 29 de octubre.
El encuentro fue auspiciado por Federica Mogherini, alta representante de Política Exterior de la UE; Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y António Vitorino, director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Asimismo, contó con la asistencia de 120 delegaciones, entre ellas instituciones de la UE y Estados miembros, los países de América Latina y del Caribe más afectados, países donantes, agencias de Naciones Unidas, sector privado, ONG, organizaciones de la sociedad civil y actores de desarrollo, incluidas las instituciones financieras internacionales.
La declaración elogia la gran solidaridad demostrada por los países en la región y expresa su agradecimiento por la respuesta coordinada de los países de América Latina y el Caribe, con mención especial al Proceso de Quito, que “constituye un paso muy significativo hacia la armonización de prácticas y políticas y, por consiguiente, para aumentar la respuesta humanitaria e integrar a los refugiados y migrantes en toda la región”.
El texto insta a los Estados a preservar el acceso al asilo, fortalecer los mecanismos que permiten la identificación de las personas en necesidad de protección internacional, mantener políticas de ingreso flexibles, continuar regularizando y brindando documentación a los refugiados y migrantes venezolanos y facilitar la reunificación familiar, al tiempo de que advierte de la necesidad de rechazar “con firmeza” los “actos de odio, intolerancia y xenofobia”.
La Conferencia advirtió también de que “el flujo de personas continúa constante mientras que los recursos y medios de financiamiento se encuentran muy por debajo de las necesidades”, por lo que confirmó “la necesidad de incrementar la cooperación internacional financiera y técnica con los países de acogida, por medio de un compromiso más fuerte por parte de los donantes, instituciones financieras internacionales, actores de desarrollo y sector privado”.
Al respecto, Mogherini aseguró en la rueda de prensa posterior al encuentro que, aunque “ésta no ha sido una conferencia para comprometer contribuciones, en estos dos días ha habido buenas noticias en forma de compromisos”. “Hoy (por ayer) se anunciaron alrededor de 120 millones de euros en contribuciones adicionales de delegaciones individuales, que se suman a los 30 millones de euros adicionales que las instituciones de la Unión Europea están movilizando en estos días”. “La Unión Europea y los Estados miembros han movilizado 320 millones de euros hasta ahora y están dispuestos a hacer más”, añadió.
Durante su intervención en la primera jornada de la Conferencia, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, anunció, “en nombre del presidente del Gobierno, que España se compromete a aportar 50 millones de euros en los tres próximos años para las necesidades de este flujo de emigrantes, refugiados y exiliados”. “Los movilizaremos tan pronto como las circunstancias electorales lo permitan”, añadió, entre los aplausos de los participantes.
En la declaración, la Conferencia destacó también la necesidad de crear un mecanismo de cooperación que involucre a los Estados donantes, instituciones internacionales financieras y a otros actores relevantes y expresó su apoyo a la decisión de organizar, en los próximos meses, una primera reunión del Grupo de Amigos del Proceso de Quito, que será presidida por la Unión Europea. De cumplirse los plazos, Borrell relevará a Mogherini el próximo 1 de diciembre.