Huang Ming-chao
Comisionado, Buró de Investigación Criminal, Ministerio del Interior, República de China (Taiwán)
El Informe Mundial sobre las Drogas 2018 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, siglas en inglés) señalaba que América del Norte, así como el Este y el Sudeste de Asia eran regiones clave en la producción y consumo de anfetaminas. Otro informe de 2019 indicaba que los grupos criminales y financieros de gran escala procedentes de Macao, Hong Kong, China y Tailandia, en colaboración con redes criminales y fabricantes de drogas taiwaneses, se habían convertido en los principales productores y transportistas de metanfetaminas y otros tipos de drogas del Sudeste Asiático.
Como resultado de la conexión y cooperación entre grupos internacionales de narcotraficantes, el tráfico de drogas está controlado cada vez más desde otros países. Además, la venta y el tráfico de drogas están muy organizados y se extienden por diversas regiones, lo que dificultan las investigaciones de los países con jurisdicción y su control sobre los diferentes aspectos de estas redes criminales como la producción, el transporte, la venta y el flujo de dinero.
Taiwán, debido a factores políticos, no puede participar en reuniones organizadas por la UNODC y la INTERPOL y no tiene acceso a información fundamental compartida de manera instantánea. Esto ha creado una grave laguna en los esfuerzos globales para luchar contra los delitos relacionados con las drogas, la seguridad pública y el terrorismo.
A pesar de las difíciles circunstancias, las autoridades policiales de Taiwán no han escatimado esfuerzos para combatir el crimen transnacional, descubriendo con éxito muchos casos. A pesar de que Taiwán intenta conseguir la información criminal actualizada a través de los canales bilaterales, muchos países prefieren no cooperar por consideraciones políticas. Sólo participando en la INTERPOL, podrá Taiwán superar los obstáculos políticos para conseguir la información de delincuentes, proteger la seguridad de las fronteras y cooperar con las demás fuerzas policiales para combatir el crimen transnacional.
La delincuencia transnacional como el tráfico de drogas a menudo involucra a diferentes países y regiones, creando diferentes puntos de interpretación en la investigación. Con unos métodos delictivos en constante evolución, es de suma importancia que unos países puedan aprender de la experiencia de otros. Además, los fraudes telefónicos y por internet han superado las fronteras nacionales y se han convertido en grupos criminales internacionales bien organizados y estructurados.
Garantizar la seguridad global y la justicia social debe prevalecer sobre cualquier diferencia regional, étnica o política. Solicitamos su apoyo para la asistencia de Taiwán a la Asamblea General de INTERPOL como Observador, así como a sus reuniones, mecanismos y actividades de capacitación. Instamos a todos a pronunciarse a favor de Taiwán en los foros internacionales, respaldando la participación pragmática y significativa de Taiwán en los organismos internacionales.
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