FAMOSA POR SU TURISMO DE SOL Y PLAYA, ESPAÑA CUENTA, SIN EMBARGO, CON UNO DE LOS MÁS RICOS PATRIMONIOS ARTÍSTICOS Y CULTURALES DEL MUNDO. CON NUMEROSAS VILLAS Y MONUMENTOS CALIFICADOS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, ENCONTRAR ENCANTADORES RINCONES EN LOS QUE PERDERSE ES UNA TAREA SENCILLA. PARADORES TE LO PONE TODAVÍA MÁS FÁCIL.
La extensa oferta garantiza una experiencia adaptada a todos los gustos: desde viajes de aventura, hasta el retiro más plácido, descubriendo rincones ocultos y maravillas culturales. La riqueza del país, unida a la poca masificación, convierte estos destinos de interior en ideales para cualquier tipo de escapada. Te invitamos a descubrir algunos de los rincones más refrescantes de la red de Paradores.
VIAJE EN EL TIEMPO
El cautivador pueblo de Guadalupe se halla en la cacereña comarca de Las Villuercas. Dominado por un bello caserío, surcado de empedradas callejuelas flanqueadas por casas de arquitectura tradicional, el conjunto histórico, construido entre los siglos XV y XVI, conserva su estructura original.
En la Plaza de Santa María, el Real Monasterio de Guadalupe da vida al parador. Las elegantes estancias monacales, el esplendoroso jardín y las refrescantes aguas de su magnífica piscina invitan al disfrute.
TIERRA DE TEMPLARIOS Y SEÑORÍOS
A través de la Puerta de Jerez en la muralla medieval de Zafra, se accede a la simpática callejuela del Clavel.
Enmarcada por un arco ojival y decorada con azulejos, a la calle asoman pequeños y floridos balcones que hacen honor a su nombre.
Majestuoso sobre un castillo del siglo XV, se alza el Palacio de los Duques de Feria.
Entre sus señoriales muros, el Parador de Zafra. Nada como disfrutar de un vigorizante chapuzón en su espaciosa piscina antes de deleitarse con la exquisita gastronomía de la zona.
ENTREVISTA CON LA HISTORIA
La antigua casa solariega de los Álvarez de Toledo, Condes de Oropesa, el Parador de Oropesa ha sido testigo inamovible del paso de los siglos por esta afable villa medieval.
Convertido en el primer Parador Monumento de la cadena pública en 1930. Tras un distendido paseo por las callejuelas salpicadas de iglesias, conventos y palacios, disfruta de un chapuzón con vistas sobre la Sierra de Gredos.
CUNA DE DESCUBRIDORES
La broncínea mirada del descubridor Francisco Pizarro vigila, junto a la Iglesia de San Martín de Tours, la Plaza Mayor de Trujillo.
Tras descubrir la belleza del Palacio de la Conquista y la Casa de las Cadenas o el Castillo, las frescas aguas en la piscina del apacible parador invitan a la relajación y la calma.
Situado en el convento del siglo XVI de Santa Clara, conserva el sosiego de sus dos claustros conventuales y elegantes estancias.
PASEO POR GALERÍAS SOPORTADAS
Chinchón es un pueblecito peculiar. Famoso por su Plaza Mayor soportada, rodeada por 230 pintorescos balcones de madera, sus casas solariegas, patios y monumentales construcciones como la Torre del Reloj o la Casa de la Cadena.
Entre los muros de un antiguo convento agustino se encuentra el parador.
Los amplios ventanales inundan de luz las estancias, la paz flota en el dulce aire de los patios interiores y, cuando el calor aprieta, las refrescantes aguas de la piscina, construida en las antiguas caballerizas, alivian mente y cuerpo.
APOSENTOS REALES
Jarandilla de la Vera es un lugar idóneo para los amantes de la naturaleza gracias a enclaves maravillosos como la Garganta de Jaranda y pueblecitos como Garganta de la Olla.
Tras un largo día entre gargantas de agua y bosques de castaños y robledos, el reposo del Parador de Jarandilla de la Vera.
En este castillo-palacio que hospedó al emperador Carlos V podrás disfrutar de las espectaculares vistas y el frescor de su excelente piscina.
PUNTO PRIVILEGIADO DE LA RIBEIRA SACRA
Monforte de Lemos es un punto idóneo para conocer la exuberante belleza de la Ribeira Sacra, con sus ríos, viñedos, iglesias románicas, festividades y riqueza gastronómica. Envuelta en un paraje indescriptible, la visita a la villa no está completa sin conocer el Colegio de los Escolapios.
El Monasterio de San Vicente do Pino y el Palacio de los Condes de Lemos albergan el parador, cuya piscina de temporada invita a olvidar el ajetreo cotidiano y su claustro neoclásico se convierte en un lugar perfecto para el descanso.