<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia, aseguró ayer que España es uno de los países del mundo más comprometidos con la búsqueda de nuevos instrumentos de cooperación Sur-Sur y triangular en América Latina.</strong></h4> De Laiglesia hizo estas declaraciones durante el acto de presentación del informe <em>Perspectivas Económicas de América Latina 2019</em>, organizado en Madrid por Casa de América y Fundación Carolina. De acuerdo con el informe -elaborado por CEPAL, Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), UE y OCDE-, América Latina y Caribe siguen enfrentados a “cuatro nuevas trampas del desarrollo” que ponen en peligro el “progreso innegable” que ha experimentado la región desde los años noventa: la vulnerabilidad social, la baja productividad laboral, la escasa confianza en las instituciones y las amenazas medioambientales. Para afrontar estos retos, el informe propone una serie de “reformas enérgicas” alineadas con la Agenda 2030, como la creación de alianzas multilaterales entre países con todo tipo de nivel de ingresos, la promoción de estrategias de desarrollo nacional y local para el desarrollo sostenible y, de forma muy especial, la ampliación de las modalidades de cooperación. <strong>“España es el líder en la región en la cooperación Sur-Sur y el primer o segundo país en operaciones de cooperación triangular en la región”</strong>, aseguró el secretario de Estado, en referencia al instrumento que combina la cooperación Sur-Sur con la tradicional cooperación Norte-Sur mediante acuerdos de asociación entre dos países del Sur con un tercer país donante del Norte. Estas fórmulas de cooperación multilateral, “complementarias y no sustitutivas de la tradicional cooperación bilateral Norte-Sur”, aspiran a “ayudar a los países a reducir las desigualdades y a acompañarles en la mejora de los factores de desarrollo más desatendidos”, como las infraestructuras, la tecnología o las energías renovables, añadió. Por su parte, <strong>la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Alicia Bárcena</strong>, afirmó que “América Latina y Caribe es un terreno fértil para pensar en nuevos modelos de cooperación” y para “construir nuevos paradigmas conjuntos”, especialmente con Europa, que permitan “rebasar el concepto de donante y receptor y convertirnos en socios, porque los países en transición también tienen algo que ofrecer”. Asimismo, <strong>Mario Pezzini, director del Centro de desarrollo de la OCDE</strong>, declaró que España puede ayudar a afrontar las “cuatro grandes trampas” a través de dos vías: como modelo de referencia, ya que “España supo responder a los mismos desafíos”, y como impulsor de “alianzas entre los países que apoyan la cooperación multilateral”. Por su parte, <strong>José Antonio García Belaunde, representante para Europa del CAF</strong>, afirmó que “uno de los principales cuellos de botella de toda la región es la baja calidad de las infraestructuras”, por lo que el banco “centra su actuación en cerrar esta brecha”.