<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Fernando Valenzuela, advirtió ayer de que la UE y España deben contribuir al fortalecimiento institucional de África a fin de mejorar el clima de negocios para las empresas españolas “de todos los sectores”.</strong></h4> “África es un continente en marcha que crece y que tiene desafíos y la voluntad de hacerles frente, y España es el vecino más cercano y, por tanto, es absolutamente importante que trabajemos juntos en beneficio mutuo”, afirmó Valenzuela durante la jornada <strong><em>África, un presente con futuro</em></strong>, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Navarra Center for International Development (NCID) en la sede de Casa Árabe en Madrid en el marco del lanzamiento del III Plan África. Por ello, prosiguió, tanto España como la UE deberían “<strong>abandonar el enfoque paternalista hacia África y el convencimiento de que nuestro punto de vista es el más acertado”</strong> para adoptar “un punto de vista más humilde y más diverso, que dé paso al sector privado y a otros sectores”. En este nuevo marco, uno de los objetivos debería ser <strong>el reforzamiento de las instituciones,</strong> que “cada día son más sólidas pero requieren un esfuerzo adicional en el que nosotros podemos cooperar”, ya que “la estabilidad, la seguridad jurídica y la existencia de un Estado de derecho” no sólo son “una condición <em>sine qua non</em> para lograr el desarrollo y el progreso”, sino también “para atraer inversiones públicas y privadas”. <strong>“Son muy pocos los sectores de las empresas españolas que no se beneficiarían del horizonte de oportunidades que ofrece África"</strong>, en especial la energía, la conectividad o las comunicaciones marítimas y aéreas, aseguró. Aparte, “el aumento de la población supone una exigencia muy clara de producción agroalimentaria” y el turismo, un sector en el que “España ofrece muchas capacidades”, puede ayudar a generar muchos puestos de trabajo en un continente muy joven en el que la alternativa “realista” a la falta de empleo es “la emigración”. Por su parte, <strong>el embajador de España en Egipto, Ramón Gil-Casares</strong>, hizo uso de su dilatada experiencia diplomática con África (aparte de su actual destino, fue embajador en Sudán y Sudáfrica, estuvo en la Embajada de Guinea Ecuatorial y fue vocal asesor en Dirección General de Política Exterior para África) para advertir de que, “a sólo 14 kilómetros de las costas españolas”, se encuentra “un continente cada vez más poblado, más joven y más complejo” que se enfrenta a “muchos problemas” pero también ofrece “muchas oportunidades”. <strong>“Si no las aprovechamos, otros las aprovecharán y no necesariamente en beneficio nuestro, y en ese caso nosotros nos quedaremos con los problemas</strong>”, declaró. Por su parte, <strong>el director de Casa África, José Segura</strong>, dedicó su intervención a advertir de la necesidad de “revitalizar la enseñanza superior en África”, porque “los líderes se generan en los centros educativos, no sólo en los partidos”. “Hay un gran capital humano y un gran potencial de conocimiento”, pero la Unversidad africana “depende de la colaboración de gobiernos y socios de desarrollo”, agregó.