<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>La Comisión Europea puso en marcha la semana pasada la primera flota de aeronaves de lucha contra incendios en el marco del nuevo sistema rescEU para hacer frente a las catástrofes naturales. </strong></h4> Durante su periodo inicial de transición, <strong>la flota rescEU contará con siete aviones y seis helicópteros de lucha contra incendios</strong>, aunque la Comisión está colaborando con los países participantes para añadir más equipos en las próximas semanas. Las aeronaves y helicópteros han sido aportadas por cinco Estados miembros de la UE frecuentemente afectados por incendios forestales en los últimos años. Concretamente, <strong>España ha aportado dos aeronaves, a las que se unen las dos aeronaves de Croacia, una aeronave de Francia, dos aeronaves de Italia y seis helicópteros de Suecia.</strong> El pasado mes de septiembre, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior –el organismo que sirve de punto de contacto de España con el Mecanismo Europeo de Protección Civil- ofreció en Viena, durante la reunión de directores generales de Protección Civil de la UE, la incorporación a rescEU de medios aéreos españoles para la lucha contra incendios forestales de tipo <em>Canadair</em>. La propuesta española ha sido coordinada por el <strong>Ministerio del Interior con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación</strong>, titular de los medios aéreos. Los incendios forestales en las áreas limítrofes de Galicia y Portugal calcinaron, en octubre de 2017, más de 49.000 hectáreas y causaron la muerte de cuatro personas y la destrucción de infraestructuras, viviendas, empresas y terrenos forestales. Por ese motivo, la Comisión Europea lanzó en noviembre de ese año una propuesta normativa para modificar el Mecanismo Europeo de Protección Civil de la UE con el objetivo de hacerlo más eficaz ante este tipo de desastres. El Mecanismo de Protección Civil de la UE se basaba hasta ahora en las contribuciones voluntarias de los Estados participantes a los países que solicitasen ayuda, bajo la coordinación del Centro Europeo de Coordinación de la Respuesta a Emergencias, con sede en Bruselas. No obstante, las condiciones climáticas extremas y las nuevas amenazas de los últimos años han puesto al límite la capacidad de los Estados miembros para ayudarse mutuamente, especialmente cuando se producen varias catástrofes de forma simultánea. Aparte, en los casos en que existe poca o ninguna disponibilidad de equipos, la UE carece de capacidad de reserva para ayudar a los Estados miembros desbordados.