Juan D. Latorre
La embajadora de Irlanda, Síle Maguire, ofreció un homenaje el pasado miércoles a la figura de Margarita Kearney Taylor, británica afincada en España, por su labor humanitaria en los salones que fundó y dirigió en Madrid el salón de té Embassy, durante la Segunda Guerra Mundial.
Patricia Martínez de Vicente, autora del libro La Clave Embassy, fue describiendo cómo “luchó” durante muchos años para sacar a la luz la documentación sobre la actividad que durante la posguerra española y el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial relacionaban su salón de té con diversas actividades relacionadas con el nazismo y los judíos perseguidos, y otras actividades de los servicios secretos británicos.
“La ruta de escape secreta en España salvó a miles de víctimas de la Segunda Guerra Mundial, señaló Patricia Martínez de Vicente. El proyecto empezó el 3 de septiembre de 1939, recién empezada la Guerra. La Embajada británica en Madrid observó rápidamente que la posición estratégica de España y su no entrada en la guerra podrían ser factores cruciales para desarrollar proyectos humanitarios”.
“El MI6, prosiguió, puso en funcionamiento una red clandestina de ayuda a los refugiados donde individuos anónimos sin cargos oficiales, como Margaret Kearny Taylor, pusieron su empeño en salvar a otras personas. Ella se encargaba de trasladar a los refugiados desde su Salón de té Embassy a la Embajada británica en Madrid. El hecho de que no existan apenas datos sobre su vida, más allá de sus pasos en Madrid entre 1939 y 1941, ha propiciado el posterior surgimiento de un mito”.
En el año 1975 Margarita Kearney Taylor traspasó el negocio aunque se mantuvo como accionista y alma del local. Murió el 2 de diciembre de 1982 y fue enterrada en el Cementerio Británico de Madrid.