<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Los embajadores de los diez países que protagonizaron hace quince años la llamada “gran ampliación” coincidieron ayer, con sus inevitables matices, en que la entrada en la UE fue una “historia de éxito” para todo ellos y para la propia Europa.</strong></h4> La ampliación del 1 de mayo de 2004 fue “un hito histórico que a veces se nos olvida por las rencillas de cada día”, declaró la directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España, <strong>María Andrés Marín</strong>, durante la presentación del seminario<strong> <em>La Ampliación de la Unión Europea en 2004: Hechos, experiencias y perspectivas</em>,</strong> organizado en la sede de las Instituciones Europeas en Madrid por iniciativa de la Embajada checa. "Fue un éxito para la UE y los propios países que ingresaron", declaró, por su parte, <strong>María Aurora Mejía Errasquín</strong>, directora general para Europa Occidental, Central y Sudeste de Europa del Ministerio de Exteriores. <strong>“El ingreso de mi patria en la UE fue un éxito como una catedral”</strong>, manifestó, con su perfecto castellano, la embajadora de Polonia, <strong>Marzenna Adamczyk</strong>. “Cuando entramos en la UE, teníamos una inflación anual del 600%, una economía totalmente destruida y ningún programa para reformarla”, pero el deseo de entrar en la UE generó “la terapia de choque” necesaria para convertir a Polonia en “un país que hoy en día crece”, añadió. Por su parte, la embajadora de Letonia, <strong>Argita Daudze</strong>, destacó los esfuerzos llevados a cabo por su país para modernizar su estructura administrativa, una necesidad que su país entendió "muy bien" desde que solicitó su entrada en la UE en 1995, mientras que la embajadora de Eslovenia, <strong>Renata Cvelbar Bek</strong>, instó a la UE a “mantener abiertas las puertas a nuevas ampliaciones” y expresó su apoyo a sus vecinos de los Balcanes “en su camino hacia Europa”. El embajador de Malta, <strong>Vanni Xuereb</strong>, destacó la importancia de la UE para un país pequeño como el suyo: “Ahora tenemos voz en la escena europea, algo que no hubiéramos podido ni soñar si no fuéramos miembros de la Unión”. Para el embajador de Eslovaquia, <strong>Jaroslav Blaško</strong>, la pertenencia a la UE es “una historia extremadamente exitosa” para su país. <strong>“No vemos ninguna otra alternativa viable para Eslovaquia”</strong>, manifestó. <h5><strong>Europa federal frente a Europa de los Estados</strong></h5> La embajadora de Hungría, <strong>Enikő Győri</strong>, reclamó la importancia de los Estados nación frente a la idea de una Europa federal, ya que <strong>“se necesita una Europa fuerte basada en unos Estados fuertes”</strong>, y pidió que se supriman las “etiquetas” que generan “divisiones en la UE”. “El 85% de los húngaros apoya plenamente la UE, pese a lo cual nos llaman euroescépticos”, lamentó. <strong> </strong> En un sentido muy diferente, el embajador de Chequia,<strong> Ivan Jančárek</strong>, defendió la idea de una Europa federal frente a una Europa de las naciones. <strong>“Somos una unión política de Estados nación, no una federación, y eso nos debilita”</strong>, advirtió. “Si no tenemos fuerza para entendernos entre nosotros, el PIB de Europa en el mundo va a bajar en 40 años del 20% actual a sólo el 10%”, añadió. <strong> </strong> En una línea parecida,<strong> Rasmus Lumi</strong>, embajador de Estonia, declaró que <strong>“la UE no es perfecta, pero es siempre política y económicamente más fuerte y eficaz que cada uno de los 28 países por separado”.</strong> Asimismo, la embajadora de Lituania,<strong> Skaistė Aniulienė</strong>, advirtió de que “cada país tiene sus intereses, pero los intereses no duran tanto tiempo como los valores compartidos, y no podemos permitir que prevalezcan los intereses a corto plazo”. Por su parte, la embajadora de Chipre, <strong>Koula Sophianou</strong>, destacó la diversidad como un elemento positivo de la UE. “Cada país tiene una relación muy especial con sus vecinos y los países del Mediterráneo tenemos una visión diferente que los países del norte, y cuando nos sentamos en Bruselas para hablar de política de vecindad, cada país puede transmitir su mentalidad”, afirmó. <h5><strong>“Cuando hay fondos europeos, los euroescépticos se vuelven euroentusiastas”</strong></h5> Para finalizar el acto, <strong>José Pascual Marco</strong>, director general de Integración y Coordinación de Asuntos Generales en la Secretaría de Estado de la UE, manifestó que los euroescépticos deberían ver cómo se vive en otras partes del mundo que no son Europa, para valorar lo que se tiene en la UE. En la misma línea, <strong>Íñigo Méndez de Vigo</strong>, ex ministro español de Educación, ex secretario de Estado para la UE, declaró que “los euroescépticos desaparecen cuando se trata de repartir los fondos europeos, porque entonces se vuelven euroentusiastas”. Por su parte, <strong>Janos Martonyi</strong>, ex ministro de Exteriores de Hungría, afirmó que la UE necesita lograre el reequilibrio en áreas como la integración a nivel económico, político y cultural, en las libertades, en las instituciones o en la consecución de una identidad europea. <strong>Jan Kavan</strong>, ex ministro de Exteriores de la República Checa, declaró que es precisa una reforma radical en la UE “para que las decisiones las tomen los gobiernos elegidos democráticamente y no los grandes banqueros”. Tantos estos dos ponentes como Méndez de Vigo participaron activamente hace quince años en la Convención sobre el futuro de Europa.