<h6><strong>The Diplomat</strong></h6> <h4><strong>El Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) de la Cooperación Española ha impulsado, en sus casi diez años de existencia, programas de agua y saneamiento valorados en 1.600 millones de euros que han beneficiado a 2,6 millones de personas en América Latina.</strong></h4> Así lo hizo saber la <a href="http://www.aecid.es/ES/Paginas/Sala%20de%20Prensa/Noticias/2019/2019_03/22_agua.aspx"><strong>Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID</strong></a>) con motivo del <strong>Día Mundial del Agua</strong>, que se celebró el pasado 22 de marzo. Según esta institución de la Cooperación Española, la falta de agua limpia causa la muerte de más de 1.300 personas al día y, de aquí a 2025, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua. <strong>El FCAS inició sus actividades en octubre de 2009</strong> y, desde entonces, ha impulsado programas de agua y saneamiento por valor de 1.600 millones de euros, “de los que 780 millones son donaciones de España”. Aparte, tras una década de trabajo en América Latina, <strong>más de 2,6 millones de personas disfrutan de una agua y un saneamiento de calidad</strong>, 586.000 personas ya cuentan con tratamiento de aguas residuales y 327.000 han participado en sesiones de formación para la mejora del recurso hídrico. En la actualidad, <strong>el Fondo desarrolla 70 programas en 19 países de América Latina y Caribe</strong>, especialmente en las zonas periurbanas, rurales y vulnerables, dentro del compromiso de España con el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número seis, relativo a la disponibilidad de agua sostenible y al saneamiento. <strong>Sólo en el último año, según la Agencia, se han aprobado once nuevos programas </strong>en Honduras, Bolivia, Panamá, El Salvador, República Dominicana, Cuba, Guatemala y Ecuador por valor de 29 millones de euros. Entre las <strong>prioridades </strong>de los nuevos programas, destacan la sostenibilidad de los sistemas ya construidos (Guatemala, El Salvador, Cuba u Honduras) y la planificación hidrológica y el apoyo a las políticas públicas (Guatemala, Panamá o República Dominicana). Aparte, los programas en Bolivia y Ecuador pretenden generar “sinergias con programas de la Cooperación Delegada de la Unión Europea” destinadas a las poblaciones más vulnerables.