<h6><strong>Eduardo González</strong></h6> <h4><strong>Pese a las pretensiones de Rusia de incrementar su influencia en América Latina, la influencia de Moscú en la región sigue siendo débil y no supone una amenaza para los intereses de España, según el Real Instituto Elcano.</strong></h4> De acuerdo con el informe <a href="http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/dt02-2019-milosevichjuaristi-rusia-en-america-latina"><strong><em>Rusia en América Latina: repercusiones para España</em></strong></a>, presentado ayer en la sede de la Casa de América en Madrid, la presencia de Rusia en el continente latinoamericano forma parte de “una estrategia internacional más amplia” cuyo objetivo principal es “alcanzar el estatus de gran potencia capaz de socavar el liderazgo de EEUU en la región y en el orden internacional y de competir con la otra gran potencia emergente, China”. No obstante, es necesario “alejarse de expectativas ‘catastrofistas’, muy frecuentes en los medios de comunicación occidentales”, porque si bien es cierto que Moscú está utilizando sus vínculos militares y comerciales para aumentar su presencia y mejorar su imagen como potencia global, <strong>la presencia de Rusia en la zona siga siendo “muy limitada a causa de la debilidad económica rusa”</strong> y, por tanto, las posibilidades reales de Moscú para influir en la región dependen en exceso de su capacidad para mantener <strong>sus lazos históricos de tiempos de la <em>Guerra Fría</em> con Cuba y Nicaragua y de su papel en Venezuela</strong>, tres “cabezas de puente” que “no proporcionan por sí solas una masa crítica suficiente”. En este contexto, el reciente <strong>aterrizaje de dos aviones rusos con un centenar de efectivos militares en el aeropuerto de Maiquetía, en Caracas</strong>, no implica que Rusia pretenda intervenir militarmente en Venezuela, según explicó durante el acto la autora del informe, <strong>Mira Milosevich-Juaristi, investigadora principal del Real Instituto Elcano y profesora asociada de Russia's Foreign Policy del Instituto de Empresa</strong>. “Venezuela no es Siria, está muy lejos y Rusia carece de los instrumentos económicos para intervenir militarmente en Venezuela”, aunque “eso no quiere decir que no vaya a ayudar al régimen de Maduro de todas las maneras posibles y más baratas”, añadió. Al respecto, <strong>Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano</strong>, destacó que el hecho de que el aterrizaje se haya realizado en un aeropuerto comercial y no en una base aérea militar, “donde habrían tenido mayor opacidad”, demuestra que <strong>“si algo querían con esta llegada era hacer público el apoyo efectivo de la Rusia de Vladimir Putin a la Venezuela de Nicolás Maduro”.</strong> Aparte, frente la versión oficial sobre la presencia del contingente ruso (por ciberseguridad), se barajan otras causas, según Malamud, como la de ayudar a poner en marcha un sistema de defensa antiaérea en Caracas comprado a Moscú en 2009 e instalado en 2013 y que, a causa de “la impericia de la Fuerza Nacional venezolana, estaba no operativo”. Durante el mismo acto, <strong>Nadia Dementieva, segunda secretaria de la Embajada rusa</strong>, aseguró que la presencia de los "observadores” enviados por Rusia es legitima porque es fruto de un “acuerdo firmado en 2001 con Venezuela”. En respuesta a estas palabras, <strong>el subdirector general de Europa Oriental y Asia Oriente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jorge Urbiola</strong>, recordó a la representante rusa que, <strong>“según la Constitución venezolana, se necesita la aprobación de la Asamblea Nacional para enviar tropas al extranjero y aceptar la entrada de tropas extranjeras en el país”.</strong> <h5><strong>Repercusiones para España </strong></h5> En lo que respecta a los intereses de España, el informe asegura que <strong>“el aumento de la presencia de Rusia en la región no hace que España pierda atractivo e influencia en términos relativos en el espacio más importante de su política exterior”. </strong> “Rusia tiene una influencia económica muy limitada y no representa una amenaza seria para los intereses económicos de España, que clarísimamente tiene ventaja” en América Latina, aseguró Milosevich-Juaristi. No obstante, admitió, el apoyo de Moscú a gobiernos no democráticos como el de Venezuela, o la venta de armas y la cooperación militar con Nicaragua, Cuba y Venezuela, <strong>“pueden desestabilizar la zona y, en consecuencia, influir negativamente en las inversiones económicas y los intereses políticos españolas”.</strong> Al respecto, Urbiola aseguró que la presencia de Rusia en América Latina no preocupa al Gobierno porque entre los dos países “no hay ninguna competencia en América Latina, ni en cuanto a inversiones ni en cuanto a flujos comerciales". “<strong>España no contempla la presencia económica y política rusa en América Latina como un juego de suma cero”</strong>, concluyó.