Nour Larbi el Bakali
Tras dos meses de protestas el Presidente del Gobierno de Sudán, Omar Al Bashir, responde. Al Bashir ha disuelto el gobierno federal y sustituido a todos los gobernadores estatales con altos oficiales del ejército. Lo que busca el presidente es un camino con el que el país salga fuerte y unido de la difícil y complicada situación que atraviesa.
El Presidente ha declarado también el estado de emergencia del país hasta 2020. Esta declaración es una mala noticia para los revolucionarios ya que las fuerzas de seguridad tendrán un mayor campo de actuación para reforzar su presencia ante las protestas anti gubernamentales. De esta forma se evitará que se reitere un escenario similar al de la Primavera Árabe.
Sudán es escenario de protestas a nivel nacional desde el 19 de diciembre. Las movilizaciones fueron provocadas por alzas en los precios y escasez, pero rápidamente se convirtieron en exigencias para que Al-Bashir renuncie.
Por primera vez el presidente se pronunciaba sobre las manifestaciones definiéndolas durante su discurso como “legítimas” , pero señaló que agentes extranjeros están intentando explotar y aprovechar las protestas de los jóvenes “para llevar al país hacia lo desconocido”.
Tras el discurso emitido desde el palacio presidencia de Jartum, la Asociación de Profesionales Sudaneses han apelado a la continuación de las protestas hasta la consecución de la caída del régimen de Al Bashir.
El Presidente comunicó también su intención de aplazar los cambios constitucionales que le permitirían buscar un tercer mandato. Estas enmiendas estudiarían la posibilidad de permitir a Al Bashir continuar en el poder más allá de 2020. Según la Constitución, El Presidente no podría participar en los siguientes comicios dado que solo puede estar en el poder durante dos mandatos, que finalizan el año que viene. ¿Está dejando el Presidente el puesto para que otros tengan una nueva oportunidad?
Al Bashir lleva en el mando desde 1989, que tomó el poder mediante un golpe de estado poniendo fin al gobierno de Sadiq al Mahdi.
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