Raúl Barrio / Director del Coro Iberoamericano
Alberto Rubio
Se le ocurrió formar el Coro Iberoamericano en 2013 y sigue siendo su director. Raúl Barrio recuerda que la idea surgió porque “a otros coros que dirigía en Madrid les encantaba la música iberoamericana, pero cuando la interpretaban no sonaba bien. Le faltaba alma”.
¿Y dónde estaba ese alma?
En la aportación de cada uno. Cuando trabajamos una pieza de un determinado país, la gente de ese país que está en el coro aporta sus conocimientos. Nos dice cómo se canta allí, con qué ritmo. Y esas personas, en ese momento, sienten el valor de compartir con los demás esa parte de su cultura. En este coro todas las composiciones, de cualquier país, son igual de importantes.
Hablando de canciones, ¿hay alguna que identifique a toda la Comunidad Iberoamericana?
Hay una, que yo he conocido a través del coro precisamente. Se llama ‘Canción con todos’, de Armando Tejada y César Isella, dos compositores argentinos. No la he montado aún para coro porque el arreglo es muy difícil, pero es una canción que me piden siempre. En cualquier sitio. Es como un himno de todas las naciones iberoamericanas.
Precisamente eso es lo que nos falta, ¿no? Una identidad común que proyectos culturales como el coro ayudarían a desarrollar.
Estoy convencido. Creo que el coro es ya un símbolo vivo y sonoro de lo que es la Comunidad Iberoamericana, en el sentido de que aúna voces de todos los países cantando armónicamente. Personas que conviven y comparten fraternalmente, como debería ser entre todos los pueblos de habla hispana y portuguesa.
Si la Comunidad Iberoamericana no se reconoce a sí misma es porque no tiene estas señas. Son esos proyectos culturales integradores, esos símbolos, los que pueden generar y reforzar esa identidad. Hace mucha falta una orquesta iberoamericana, un coro de niños iberoamericano. Hacen falta grupos de teatro, de danza…
¿En cuántos países han actuado hasta ahora?
Sólo en España. Desplazar un coro de treinta y tantas personas es muy caro. Pero se puede hacer. También es cierto que hasta que el coro toma cuerpo transcurren años Ahora ya podría viajar el coro y ofrecer una actuación de calidad que mereciera la pena.
¿Cuánto cuesta mantenerlo?
Unos 15.000 o 20.000 euros anuales. Si pensamos en la representatividad de un proyecto cultural como éste y en los presupuestos que manejan las instituciones, no es mucho.
¿Y quién patrocina este proyecto?
Desde sus comienzos lo patrocina la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), pero no está asegurada la continuidad de este proyecto en 2019.
Los integrantes del coro no son profesionales, no cobran.
No sólo eso, sino que además reciben una formación. No es sólo el trabajo de los ensayos sino que disponen también de clases de apoyo con una cantante profesional.
¿Entonces, llegan sin experiencia y se unen al coro por vocación?
Ninguno es profesional. Pero a través del coro algunos han iniciado una carrera profesional. Ahora tenemos a un chico de Venezuela terminando la carrera de cantante. Otros son estudiantes que han venido a hacer un master e, incluso, hemos tenido cantautores profesionales que, de gira por Europa, han colaborado con nosotros.
Y para muchos recién llegados es una manera de aterrizar y empezar a establecer vínculos en Madrid. Es una manera muy humana de integrarse porque lo que encuentran es una familia.
¿La cultura elimina barreras?
Yo diría que sí. Le aseguro que, al menos cantando, desaparecen las diferencias. Yo lo he vivido con este coro. Cuando empezábamos llegaron personas de Venezuela, todos contrarios al régimen de Chávez. Pero al poco tiempo llegue a ver a algunos de ellos en la Embajada cantando y charlando amigablemente con sus diplomáticos, que eran partidario del régimen. La música les permitió encontrar una forma de comunicarse y entenderse.
¿Quizá, si actuasen en la próxima cumbre iberoamericana, inspirarían ese entendimiento a los jefes de estado? Sería bonito, ¿no?
Ojalá. Quizá serviría para hacer ver a los líderes que, si hay voluntad, se pueden lograr acuerdos de alto nivel. Sabemos que esos acuerdos políticos son muy difíciles, pero no estaría mal que ellos escucharan un coro así, como demostración de que se puede.
¿Los iberoamericanos tenemos más en común de lo que creemos?
Es verdad, hay veces que se nos olvida pero tenemos muchísimo en común. Empezando por la lengua. En Iberoamérica hay multitud de lenguas, que son una riqueza inmensa y que hay que proteger. Pero si tenemos la oportunidad de comunicarnos tantos millones de personas en una misma lengua, desde luego eso es algo muy grande.