The Diplomat
España adoptó ayer el Pacto Mundial sobre Migraciones, rechazado por los ultranacionalistas europeas, incluidos los flamencos partidarios del procès.
El presidente del Gobierno participó ayer en Marrakech en la Conferencia Intergubernamental sobre el Pacto Mundial sobre Migraciones, en la que los Estados miembros de Naciones Unidas aprobaron un marco de cooperación que contempla, entre otros aspectos, la responsabilidad compartida de todos los países firmantes para garantizar que unas migraciones seguras, ordenadas, regulares y voluntarias y que respeten los derechos humanos. El proceso culminará formalmente el 19 de diciembre en Nueva York, con el endoso del Pacto de Migraciones por la Asamblea General de Naciones Unidas y la invitación a los Estados a elaborar planes nacionales de ejecución.
Durante su intervención ante los Estados miembros, Sánchez anunció la adhesión de España al Pacto e informó de que Almería acogerá en 2019 una Conferencia Internacional para analizar la relación entre desertificación y migraciones. Asimismo, aseguró que el Gobierno pondrá en marcha un Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración, que estará dotado de un fondo estatal que haga posible el trabajo conjunto con las comunidades autónomas y los ayuntamientos.
Asimismo, el presidente del Gobierno declaró que el fenómeno migratorio es “una tarea global» que requiere la colaboración conjunta de todos los Estados para combatir tanto las redes de tráfico de seres humanos como las narrativas xenófobas y excluyentes. “Debemos combatir la instrumentalización de la migración como excusa para repliegues nacionalistas y cierres de fronteras. Apelar al odio y al miedo al diferente, únicamente beneficia a quienes utilizan esta estrategia para obtener réditos políticos”, afirmó.
Borrell apoya “una Bélgica unida, pro europea y multilateralista”
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, también celebró desde Bruselas –donde asistió al Consejo de Asuntos Exteriores de la UE- la aprobación del Pacto y, de forma muy especial, la decisión del Gobierno belga de mantener su apoyo a este texto, a pesar de la decisión de “los nacionalistas de derecha flamencos, aliados de Puigdemont”, de abandonar el Ejecutivo “en señal de protesta”. “Apoyo desde aquí una Bélgica unida, pro europea y multilateralista”, agregó.
El Pacto Mundial sobre Migraciones ha generado una fuerte oposición de la derecha más ultranacionalista de Europa y de países como Australia y Canadá. Los Gobiernos de Austria, Italia, Hungría, Estados Unidos y Chile se han negado a adherirse y la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, ha calificado de “traición” la decisión del presidente Emmanuel Macron de suscribirlo.
En este contexto, los ministros belgas del partido nacionalista flamenco N-VA (una de las fuerzas europeas que más se han apoyado la independencia de Cataluña y al ex presidente catalán Carles Puigdemont) han presentado su dimisión ante el primer ministro, Charles Michel, en protesta por la adhesión al Pacto, que sí cuenta con el apoyo de la mayoría del Parlamento.